Cosechando el Cambio: Desde las granjas hasta la capital de la nación
La abundancia de frutas y vegetales frescos del verano se suma al logro hacia un sistema alimenticio más justo, luego de una década de espera. En una victoria para los trabajadores agrícolas, los agricultores y los consumidores que tuvo lugar el 28 de septiembre del 2015, cuando finalmente se dieron avances significativos en la Norma de Protección a los Trabajadores (Worker Protection Standard), el único estándar que tiene el propósito de proteger a los trabajadores agrícolas contra la exposición a pesticidas y las intoxicaciones causadas por ellos.
De todas partes del país los trabajadores agrícolas llevaron sus historias directamente a los legisladores en Washington. Su objetivo: conectar la norma vigente en la capital de la nación con la realidad de la vida en las fronteras del sistema agrícola.
“¿Será demasiado tarde para hacer lo correcto?” Ha tardado tiempo en ocurrir, pero tiene que ocurrir hoy.” – Giev Kashkooli Vicepresidente, United Farm Workers, refiriéndose a la Norma de Protección a los Trabajadores.
1 Ya sea que compres tus verduras en Wal-Mart o en tu mercado local, lo más probable es que alguien cortó ese melón de la enredadera o recogió ese limón del árbol. Algunas verduras y frutas frescas se pueden cosechar mecánicamente, pero la mayoría de lo que comemos ha sido recogido de la planta y llevado al centro de acopio por otro ser humano.
La manera en que cultivamos nuestros alimentos afecta a estas personas y es una historia que da mucho qué pensar. Los pesticidas representan un riesgo ocupacional significativo para los trabajadores agrícolas, una cruda realidad para cualquiera que haya laborado en la agricultura convencional.
Ahora la nueva Norma de Protección a los Trabajadores puede que finalmente mejore esa realidad.
2 Adoptada en 1995, la Norma de Protección a los Trabajadores se conoce por ser notoriamente difícil de aplicar. Desde los campos de trabajos, los viveros y los invernaderos de todo el país, los trabajadores agrícolas han luchado durante décadas por obtener cambios significativos—y paridad con el nivel de protecciones que se le otorgan a la mayoría de las otras industrias.
La Agencia Federal de Protección al Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) finalmente propuso una actualización de la norma a principios del 2014.
Durante el período de comentarios públicos, más de 200,000 en todo el país—incluyendo casi 90,000 miembros y simpatizantes de Earthjustice—expresaron su apoyo a los trabajadores agrícolas y propusieron que se fortaleciera la nueva medida.

3 A principios de junio y en lo que la EPA trabajaba para finalizar la nueva propuesta para la Norma de Protección a los Trabajadores, Earthjustice, en colaboración con una coalición diversa, hizo llegar las voces de las comunidades agrícolas impactadas por la exposición a los pesticidas a la capital de la nación.
La presencia de los trabajadores agrícolas logró que los legisladores fundamentaran su decisión en la realidad de la norma que se estaba trabajando, señalando así el por qué las protecciones más fuertes eran necesarias—y trágicamente tardías.
Estefani Gisel Jaramillo, la hija adolescente de trabajadores agrícolas y también trabajadora de campo, vino desde Minnesota. Habló acerca de la necesidad de proteger a todos los trabajadores—en particular a los niños—de la exposición a pesticidas. Jaramillo fue una de varios trabajadores agrícolas que respalda firmemente el requerir un mínimo de edad para manejar pesticidas.

4 "Esta es una historia que debe contarse por los trabajadores agrícolas y sus familias por su propia voz,” dijo Andrea Delgado, Representante Legislativa Sénior de Earthjustice, honrando los principios de la justicia medioambiental. "Sus voces son unas de las herramientas más poderosas que las comunidades tienen.”
Delgado señaló la importancia de que los legisladores escucharan a los trabajadores agrícolas: "Estas son personas que han sido literalmente rociadas con químicos mientras cosechaban cultivos. Una cosa es leer que esto ocurre, pero es distinto escucharlo de aquellos que no tenían conocimiento previo de que estos pesticidas eran dañinos."

5 Blanca Flores, antigua trabajadora agrícola de California, habló acerca de cómo los pesticidas en el aire muchas veces caen sobre los trabajadores—quienes luego llevan los químicos en la ropa a sus familias.
Las historias personales de los trabajadores agrícolas echó abajo reclamos falsos por parte de los cabilderos de gran potencia de que actualizar la Norma de Protección a los Trabajadores era innecesario.

6 Amelia Morán Ceja, antigua trabajadora agrícola quien vino a los Estados Unidos como una joven cosechadora de uvas a los 12 años de edad, es ahora dueña de un innovador viñedo en Napa. Ceja habló acerca de los beneficios de las prácticas laborales justas y de utilizar solamente pesticidas orgánicos o ninguno. Enfatizó que el proteger la tierra y a los trabajadores de exposición a los pesticidas puede ser excelente para el negocio.
"Tienes que cuidar a tu equipo—y ellos te cuidarán a ti y a tu negocio,” dice Ceja. Nosotros, como negocio y como consumidores, tenemos el poder de cambiar la forma en que se trata a los trabajadores agrícolas." (Ver un video acerca de Ceja Vineyards.)

7 Paola Macas Betchart, una defensora de los trabajadores agrícolas, ofrece servicios en las áreas del oeste de Nueva York. Enfatizando la necesidad de protecciones contra denunciantes, compartió sus perspectivas sobre las barreras que enfrentan los trabajadores al hablar acerca de la exposición a los pesticidas.
"Aunque los trabajadores se sientan aislados por la naturaleza de su trabajo, su estatus de inmigración o económico, al ir hasta ellos y traerlos a D.C., les dejamos saber que no están solos, que puede que hayan muchos más justo igual que ellos que están viviendo experiencias similares," dijo Delgado, de Earthjustice.
"Les dejamos saber que el status quo está mal y es desigual—que no lo vamos a tolerar y que al trabajar juntos, podemos garantizar un cambio."

8 Los trabajadores agrícolas y defensores que fueron a Washington no lo hicieron solamente a título personal ni en el de sus familias, sino a nombre de muchos otros trabajadores quienes tienen miedo de expresarse. Llevaron sus voces para ofrecer esperanza y fuerza a sus comunidades un futuro mejor.
La nueva Norma de Protección a los Trabajadores fue finalizada y dada a conocer en Septiembre. Aunque no es perfecto, este nuevo estándar fue bien recibido tanto por los trabajadores agrícolas como por sus defensores.
Los trabajadores agrícolas ahora estarán protegidos en muchos frentes—siempre y cuando las agencias responsables por implementar y aplicar las nuevas reglas cumplan con su trabajo. (Con la excepción de California y Nueva York, los Departamentos de Agricultura estatales están a cargo de su implementación.)
Delgado aclaró que la labor de Earthjustice continúa, aun al celebrar las mejorías alcanzadas: “Como defensores y organizadores, sabemos que la formulación de políticas en general tiene tanto valor como su habilidad de tener impacto para los más afectados y como un recurso para las organizaciones comunitarias."
“Para garantizar que las nuevas protecciones lleguen a los campos y las comunidades donde más hacen falta—y en un lenguaje que los trabajadores puedan entender— la prioridad continúa siendo la divulgación y participación bilingüe en colaboración con nuestros aliados en la comunidad agrícola, los trabajadores y la comunidad latina.”

9 Un sistema alimentario sano y justo que proteja a todos, cuidando las necesidades de salud, ambientales y económicas de los trabajadores agrícolas, los agricultores, las comunidades rurales y los consumidores. El cambiar la dependencia de pesticidas dañinos es un paso clave hacia este objetivo.
Pero mientras se usen pesticidas dañinos, los trabajadores agrícolas necesitarán—y merecen—la mayor protección contra la exposición. Los avances logrados con esfuerzo en la nueva Norma de Protección a los Trabajadores representan un paso significativo hacia un medio ambiente más limpio, sano y más justo para todos.
Publicado el 15 de octubre, 2015.