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La Energía Solar En Techos y Su Almacenamiento Distribuido De Baterías Garantizará Electricidad Confiable y Asequible Para Los Puertorriqueños

Es tanta la luz solar que recibe Puerto Rico en el transcurso de un año que puede generar más energía de la suficiente para satisfacer su demanda.

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Dos semanas después de que el huracán Fiona azotara a Puerto Rico el 17 de septiembre, al menos 23 personas fallecieron y más de 100 mil hogares y negocios siguen sin electricidad. La red eléctrica obsoleta y dependiente de combustibles fósiles de Puerto Rico seguirá fallando a medida que la crisis climática genere desastres naturales más frecuentes e intensos.

La restauración de una red dependiente de centrales eléctricas a base de petróleo, gas y carbón ubicadas en el sur de la isla, y con líneas de transmisión de larga distancia vulnerables para transportar esa energía a través del archipiélago, seguirá provocando una crisis después de cada tormenta. El almacenamiento distribuido de baterías y energía solar en techos es la única solución viable, segura y sostenible para esta crisis. La administración Biden debe garantizar de que los miles de millones de dólares en ayuda federal que FEMA y HUD no han gastado se utilicen para instalar almacenamiento de baterías y energía solar distribuida en techos de residencias y edificios comerciales alrededor de Puerto Rico.

¿Por qué la electricidad en Puerto Rico es tan costosa y poco confiable?

El ingreso medio de Puerto Rico es un tercio de lo que perciben los 50 estados de EE.UU., pero los puertorriqueños pagan significativamente más que el costo promedio de la electricidad en igual número de estados. Esto se debe principalmente a dos factores (1) el sistema eléctrico del archipiélago depende de la importación de combustibles fósiles caros para alimentar generadores obsoletos e ineficientes y (2) su empresa pública de electricidad tiene una deuda de miles de millones de dólares. La Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE) se declaró en bancarrota luego del huracán María en 2017 y cedió el control de la transmisión y distribución de electricidad a LUMA Energy, una empresa privada, en 2021. Un año después de que LUMA firmara su contrato de 15 años por un monto de $1.5 mil millones, el aumento de las tarifas y el empeoramiento de los apagones han provocado un descontento generalizado con la empresa entre los puertorriqueños y los miembros del Congreso.

El origen de las deudas de la AEE proviene de su base de clientes cada vez más reducida, ya que la población de Puerto Rico se ha disminuido en un 16 % entre 2004 y 2020. Sin embargo, los enormes costos mayoristas de su petróleo y gas natural importados no descienden, dando como resultado tarifas minoristas sustancialmente más altas para los clientes. Actualmente, Puerto Rico depende de los combustibles fósiles para el 97 % de su generación de electricidad, casi la mitad de la cual proviene del gas natural (44 %), seguido del petróleo (37 %) y el carbón (17 %). Los aumentos de precios causados por las cambiantes condiciones económicas y de suministro globales, por ejemplo, la guerra en Ucrania, exacerban los altos precios de esos combustibles.

Las centrales eléctricas de Puerto Rico tienen al menos 50 años de operación y carecen de una actualización. Asimismo, están conectadas a una red centralizada obsoleta que depende de líneas de transmisión que atraviesan densos bosques y colinas para llevar electricidad a los hogares. Los generadores y las líneas de transmisión de las plantas no pueden resistir el clima severo y fallan con frecuencia, lo que provoca apagones a lo largo y ancho del archipiélago que impiden el funcionamiento de bombas de agua potable, hospitales y equipos médicos que salvan vidas. En 2017, el huracán María destruyó gran parte de la infraestructura eléctrica del archipiélago, arrasando con el 80% de todas las líneas de transmisión. Casi 3 mil personas perdieron la vida y se necesitaron 11 meses para restaurar la energía a todos aquellos que la perdieron.

Cuando Fiona golpeó Puerto Rico, la mayoría de los habitantes que dependen de la maltrecha red eléctrica se quedaron sin electricidad. Sin embargo, aquellos con energía solar en el techo y almacenamiento de baterías no perdieron su fluido eléctrico. A pesar de las repetidas fallas del sistema eléctrico centralizado a base de combustibles fósiles, en 2021 la AEE publicó un Plan de infraestructura de 10 años que proponía gastar hasta $10 mil millones en fondos federales para apuntalar el sistema centralizado existente, incluida la nueva infraestructura de gas natural. No se asignaron fondos para energía renovable y su almacenamiento en baterías.

¿Por qué la energía solar distribuida en azoteas o techos y el almacenamiento en baterías son la solución?

Es tanta la luz solar que recibe Puerto Rico en el transcurso de un año que puede generar más energía de la suficiente para satisfacer su demanda. En 2020, el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) reveló que el potencial de energía solar de Puerto Rico a partir de paneles solares en los techos residenciales era de 24,6 TWh, es decir, más de cuatro veces el nivel del consumo de electricidad residencial del archipiélago.

La instalación de paneles solares y suficiente almacenamiento de energía en baterías, ubicadas en techos, les permite generar su propia luz durante el día y utilizar las reservas de batería cuando se pone el sol. La distribución de la energía generada por los paneles de los residentes cercanos en todo un vecindario crea microrredes locales descentralizadas, lo que elimina la dependencia de las líneas de transmisión que se extienden por cientos de millas a lo largo y ancho de Puerto Rico. La naturaleza descentralizada de este sistema lo hace mucho más resistente al clima extremo, ya que es menos probable un daño en las líneas de transmisión más cortas mientras que la falla de unas pocas líneas no provocará cortes en todo el sistema.

Aquellos residentes de bajos ingresos pueden beneficiarse de un sistema de energía solar distribuido en los techos. El cincuenta por ciento de los residentes puertorriqueños se consideran personas con ingresos bajos a moderados, pero el alto costo inicial de la energía solar ha creado barreras para la adopción generalizada de la tecnología, más allá de los residentes de mayores ingresos que poseen casas individuales. Al usar fondos federales para pagar la instalación de energía solar y almacenamiento en cada espacio residencial de Puerto Rico, los inquilinos y otras personas que no pueden pagar la instalación de energía solar pueden compartir los beneficios económicos, ambientales, de salud pública y de confiabilidad de la electricidad generada por energía solar.

¿Cuánta ayuda federal está disponible para la recuperación de Puerto Rico después de María?

FEMA asignó $28 mil millones para esfuerzos de recuperación de Puerto Rico después de María, de los cuales se ha gastado el 19%. Sin embargo, la mayor parte de esta ayuda se ha destinado a la eliminación de escombros, mas no a la reestructuración de la red eléctrica. Hay aproximadamente $12 mil millones en ayuda federal asignada específicamente para la recuperación del sector energético de Puerto Rico a raíz de María. Esta ayuda es proporcionada por FEMA y el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (HUD). La financiación se desglosa de la siguiente manera:

  • $9,5 mil millones en asistencia pública de FEMA para restauración y mitigación de riesgos para servicios públicos afectados por desastres.
  • $832,5 millones del Programa de Subsidios para la Mitigación de Riesgos de FEMA para mejorar la resiliencia de las instalaciones afectadas o no afectadas por el desastre.
  • $1,9 mil millones de Disaster Recovery: Electric Grid de HUD, para necesidades insatisfechas después de contabilizar los fondos, seguros y otras fuentes federales o privadas de FEMA. Esta financiación está destinada a mitigar los riesgos y mejorar la resiliencia, la sostenibilidad y la viabilidad financiera de los sistemas de energía eléctrica.

Los $10,3 mil millones de ayuda de FEMA están dirigidos a la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE), mientras que los $1,9 mil millones de ayuda de HUD están dirigidos al Departamento de la Vivienda de Puerto Rico (PRDOH).

¿Cuánto de esta ayuda ya se ha repartido?

A partir de 2021, solo se han utilizado alrededor de $1,6 mil millones de los $ 12 mil millones en ayuda. Esto deja alrededor de $10 mil millones disponibles en ayuda no gastada. El análisis financiero estima que costaría $ 9,6 mil millones instalar almacenamiento solar y de batería distribuido en la azotea en cada casa individual y edificio de apartamentos en el archipiélago. Esto deja alrededor de $400 millones para actualizaciones urgentes del sistema de distribución.

¿Cuánto costaría instalar energía solar distribuida en los techos y su almacenamiento en baterías para cada hogar?

Un análisis publicado por la organización Cambio de Puerto Rico y el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) encontró que costaría $9,6 mil millones instalar 2,7 kW de energía solar fotovoltaica y 12,6 kWh de almacenamiento en baterías en cada casa residencial y edificio de apartamentos en Puerto Rico dentro de 15 años. Esto agregaría 2700 MW de potencia a la red eléctrica, la suficiente para proporcionar más de la mitad de la electricidad necesaria para satisfacer el 75% de la demanda total de electricidad de Puerto Rico. Agregar instalaciones solares en techos comerciales y estacionamientos permitiría que el archipiélago alcance el 75 % de generación de electricidad a partir de fuentes renovables para 2035, muy por encima del objetivo actual del gobierno de alcanzar el 60 % para 2040.

Además de la reducción de más del 70% en las emisiones de dióxido de carbono, esto disminuiría sustancialmente los gastos anuales de la AEE en combustibles fósiles importados de $1,4 mil millones a $430 millones. Estos ahorros de costos y la reducción de la dependencia de las fluctuaciones de los precios de los combustibles fósiles reducirán en última instancia tanto las tarifas de electricidad de los clientes como las fluctuaciones de las tarifas, al tiempo que terminarán con la emisión de gases de efecto invernadero para producir electricidad.

¿Por qué la energía solar distribuida en los techos es favorable para una red centralizada en Puerto Rico?

Un sistema de energía solar es una red de paneles en los techos de casas residenciales, apartamentos y edificios de oficinas, que crean a su vez “microrredes” que no dependen de líneas de transmisión de larga distancia vulnerables, como lo hace una red eléctrica centralizada. La colocación de paneles solares en los techos también salva el escaso espacio abierto de Puerto Rico, que es fundamental para la biodiversidad y la agricultura. Puerto Rico también debería considerar paneles solares en estacionamientos, terrenos baldíos o vertederos cerrados.

Fuentes citadas: