5 Things to Know About the EPA’s New Rule for Oil Refineries
The EPA’s updated standard for oil refineries requires fenceline monitoring in nearby communities, reducing cancer risks from toxic emissions like benzene for more than 1.4 million people. (Spanish language version available.)

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In September, the EPA released an updated Clean Air Act standard that will reduce the toxic burden on communities living next to oil refineries. There are 140 major refineries in the U.S. with the capacity to process nearly 18 million barrels of crude oil every day.
Millions of Americans across the country living near refineries experience higher-than-average rates of cancer. This rule aims to improve the lives of those living on the fenceline, where pollution leaves refinery property and flows into the surrounding area.
Here are five things you should know about this crucial refineries rule.
1. For the first time ever, refineries will be required to monitor and report levels of airborne chemicals like benzene in fenceline communities.
Benzene is a toxic chemical that is naturally found in crude oil, and it is released into the air as refineries process oil into gasoline. Benzene is a known carcinogen, and it is particularly disruptive to the body’s circulatory system. The chemical can cause anemia and leukemia and can weaken the immune system.
The new rule requires continuous monitoring of benzene concentrations, even at very low levels, using sensors that surround the refinery. This means emissions won’t slip through the cracks when the wind changes direction.
2. The rule makes a commitment to public reporting and transparency, with incentives for refineries to fix pollution issues quickly to create meaningful change.
This rule leaves room for alternative monitoring methods that will allow for real-time monitoring and reporting. The EPA is also working on a database to track the monitoring data in order to better communicate the testing results with the public. Administrator Gina McCarthy describes this database as a “neighborhood watch” for refinery air pollution.
Reporting will now be required every three months, rather than twice a year. If emissions are detected, refineries are required to take corrective action, but the rule also includes incentives for refineries to fix problems immediately, before they result in leaks and excess emissions.
3. The rule is expected to reduce health risks, including up to a 20 percent reduction in cancer incidence.
There are 6.1 million Americans living within three miles of a refinery, and they are twice as likely as the general population to be people of color and low-income households. This new rule will reduce exposure to cancer-causing chemicals for more than 1.4 million people. That’s as many people as live in San Diego, California, the eighth largest city in the country!
4. Emissions don’t only come from a refinery’s smokestacks. For the first time, the new rule requires stricter monitoring of gas flares, pressure relief devices, storage tanks and delayed coker operations.
A coker unit is an industrial device used at oil refineries to heat and convert residual oil into smaller units that go on to be processed into many different products. With more stringent monitoring of all sources of pollution, the new rule will eliminate 5,200 tons of toxic air pollutants and 50,000 tons of volatile organic compounds every year. Not only will this help reduce long-term health threats like cancer, but it will also fight common respiratory illnesses like asthma.
5. The rule will also help combat climate change.
The stricter standard for refineries will reduce greenhouse gas emissions by 660,000 tons per year. That’s the equivalent of taking more than 140,000 cars off of our roads. While some will correctly argue that this won’t stop global warming, modest efforts like these across all industries will add up to a big difference.
5 puntos a conocer sobre la nueva ley de la EPA para las refinerías de petróleo
En septiembre, la EPA publicó un estándar actualizado de la Ley de Aire Limpio que disminuirá la carga tóxica sobre los vecindarios cerca de las refinerías de petróleo. Existen 140 refinerías importantes en Estados Unidos, con capacidad para procesar 18 millones de barriles de petróleo crudo cada día.
Los millones de americanos por todo el país que viven cerca de estas refinerías sufren índices de cáncer más altos que la población promedio. Esta ley tiene el propósito de mejorar las vidas de aquellos que viven en el perímetro, donde la contaminación se filtra desde las instalaciones de la refinería y se desplaza a las áreas en los alrededores.
A continuación cinco puntos que debes conocer acerca de esta ley decisiva para las refinerías.
1. Por primera vez se le requerirá a las refinerías que monitoreen y reporten los niveles de químicos que emiten al aire, como la bencina, a las vecindades a lo largo de sus perímetros.
La bencina es un químico tóxico que se encuentra en el petróleo crudo y se despide en el aire de las refinerías al procesar el petróleo para convertirlo en gasolina. La bencina es un conocido carcinógeno y es particularmente dañino para el sistema circulatorio del cuerpo humano. Puede causar anemia y leucemia, y puede debilitar al sistema inmunológico.
La nueva norma requiere el monitoreo continuo de las concentraciones de bencina, aun en el caso de niveles muy bajos, mediante el uso de sensores en los alrededores de la refinería. Esto significa que las emisiones no podrán escurrirse cuando el viento cambie de dirección.
2. La ley se compromete al reporte público y a la transparencia, con incentivos para que las refinerías solucionen problemas de contaminación rápidamente y así crear un cambio significativo.
Esta ley propicia el uso de métodos de monitoreo alternativos que permitan dar seguimiento y reportar en tiempo real. La EPA también está trabajando para crear una base de datos para mantener un control de la información monitoreada y así comunicar los resultados de las pruebas al público de mejor forma. La administradora Gina McCarthy describe esta base de datos como una “patrulla urbana” para la contaminación del aire de la refinería.
De ahora en adelante se requerirán reportes cada tres meses, en lugar de dos veces por año. Si se detectan emisiones, se requerirá a las refinerías que tomen acción correctiva, pero la ley también incluye incentivos para que las refinerías solucionen sus problemas inmediatamente, antes de que resulten en vertederos o exceso de emisiones.
3. Se espera que la ley reduzca los riesgos de salud, incluyendo una disminución de 20 por ciento en la incidencia de cáncer.
Existen 6.1 millones de americanos viviendo a tres millas o menos de una refinería, y tienen el doble de posibilidad de ser personas de color y provenientes de hogares de bajos recursos. Esta nueva ley disminuirá la exposición a químicos causantes de cáncer de 1.4 millones de personas. Ese es el equivalente al número habitantes en San Diego, California, la octava ciudad más grande del país.
4. Las emisiones no solamente provienen de las chimeneas de las refinerías. Por primera vez, la nueva ley requiere monitoreo más estricto de los quemadores de gas, los dispositivos de alivio de presión, los tanques de almacenaje y las plantas de coquización retardada.
Una unidad de coquización es un dispositivo industrial utilizado en las refinerías de petróleo para calentar y convertir el petróleo a unidades más pequeñas que luego son procesadas para lograr una gran variedad de productos. Al tener un monitoreo más estricto de todas las fuentes de contaminación, la nueva ley eliminará 5,200 toneladas de emisiones contaminantes y 50,000 toneladas de compuestos orgánicos volátiles cada año. Esto no solo ayudará a reducir los riesgos de salud crónicos como el cáncer, pero también favorecerá el combatir enfermedades respiratorias comunes como el asma.
5. La ley también ayudará a combatir el cambio climático.
Los estándares más estrictos para las refinerías disminuirán las emisiones de gases de efecto invernadero por 660,000 toneladas por año. Lo mismo equivale a eliminar más de 140,000 vehículos de nuestras autopistas. Aunque algunos argumentarán, con mucha razón, que esto no detendrá el calentamiento global, el hacer esfuerzos modestos como éste aunado a los esfuerzos de todas las industrias, se podrá lograr hacer una gran diferencia.
As a communications strategist, Miranda covers Earthjustice’s Mid-Pacific and California regional offices. She has campaigned to defend public water resources in North America and is a graduate of the Master’s in Global Studies program at the University of California, Santa Barbara where her research focused on climate change.