Comunidad latina ignorada en la respuesta a la crisis del agua en Flint
Entre los más afectados en la crisis del agua en Flint están los residentes indocumentados de habla hispana que viven en las sombras, a menudo aislados del alcance de la difusion pública y de las campañas de información.
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Ya ha pasado demasiado tiempo.
Nuestra crisis por el plomo empezó en abril del 2014 cuando, en un esfuerzo erróneo para ahorrar dinero, Flint empezó a extraer agua del Río Flint para el sistema municipal de agua. El plomo en la tubería antigua empezó a descascararse y a arrojar esas escamas a nuestra red hidráulica. Casi inmediatamente, los residentes empezaron a quejarse de un olor a azufre y de un sabor amargo.
La evidencia de la seria contaminación por plomo fue confirmada en febrero del 2015, pero luego le tomó 11 meses al Gobernador Rick Snyder admitir el desastre de salud pública y declarar un estado de emergencia. El Presidente Obama le dio seguimiento rápidamente, proclamando un estado de emergencia federal dos semanas más tarde.
Ahora, el Congreso de Estados Unidos finalmente está listo para aprobar una medida que ayudaría a la ciudad a arreglar su defectuoso sistema de agua potable.
La urgencia de esta situación es difícil de exagerar, sin embargo la respuesta ha sido pasmosamente lenta.
Funcionarios de agencias locales y del gobierno federal parecen estar satisfechos con brindar soluciones a corto plazo, como la de dar agua embotellada, como si eso fuera suficiente.
Pero para muchos en el Condado de Genesee, el agua envenenada sigue amenazando su salud.
Entre los más afectados en la comunidad están los residentes indocumentados de habla hispana que viven en las sombras, a menudo aislados del alcance de la difusion pública y de las campañas de información.
Mucho tiempo después de que las agencias de noticias empezaron a reportar sobre los niveles peligrosamente altos de plomo en el agua, muchas personas en la comunidad hispana-latina siguieron usando esa agua, sin saber de los riesgos que representaba para la salud de sus hijos. Incluso después de haberse enterado de la contaminación, muchas familias estuvieron reacias a presentarse a los centros de distribución de agua embotellada por miedo a tener que presentar documentos de identificación o miedo a ser acosados, humillados o incluso deportados. Aparte, las advertencias de salud pública sobre la existencia de filtros de agua y agua embotellada no fueron ofrecidas en español.
Los niños de Flint y del resto del Condado de Genesee han sido expuestos a niveles de plomo que se sabe causan desórdenes de desarrollo, pérdida del oído, ataques epilécticos, y problemas de conducta. Para muchos de los niños que han estado ingiriendo plomo en la primera etapa de sus vidas, sus familias no podrán ver las repercusiones de la exposición del plomo en la salud de sus hijos por varios años.
Todas las familias en Flint están preocupadas por el impacto que el agua envenenada ha tenido en sus hijos, pero para los padres indocumentados, tener acceso a servicios médicos para sus hijos crea otro reto.
No saben a dónde acudir para pedir ayuda.
El grupo Hispanic Latino Collaborative del Condado de Genesee ha movilizado a voluntarios para distribuir folletos informativos en español, para ayudar a las familias a tener acceso al agua potable segura y trabajan para ayudar a las familias a enfrentar problemas de salud en cuanto aparezcan.
Pero en los últimos días del 114o Congreso, nuestros líderes deben encontrar el valor para aportar fondos y cubrir el costo estimado de 1,500 millones de dólares de reemplazar la peligrosa y corroída infraestructura hidráulica. Apenas la semana pasada, la Cámara de Representantes aprobó una medida de recursos para el agua que incluye provisiones para cubrir las reparaciones en Flint con la ayuda del gobierno federal. El Senado en septiembre aprobó un proyecto de ley parecido. Mientras las dos cámaras se reúnen para someter ambas medidas al pleno, los miembros deben permanecer alertas y seguir solicitando recursos para Flint.
En el panorama general, es hora de asumir el liderazgo en el tema del plomo en Estados Unidos. Sabemos desde hace décadas que el plomo es una neurotoxina peligrosa para nuestros hijos. La Agencia para la Protección del Medio Ambiente también ha aceptado que las comunidades de color son las más afectadas por la intoxicación por plomo. Ahora necesitamos una estrategia de prevención para sacar el plomo de nuestra agua, nuestro suelo, y nuestro aire antes de que llegue a nuestros hijos y les arruine su brillante futuro.
Por lo pronto, la crisis continúa. Agencias locales, estatales y federales han dejado de responder enérgicamente a la emergencia de salud pública que ya lleva más de dos años.
No hay ninguna cantidad de agua embotellada que pueda cambiar esa insana y repugnante realidad.
Debemos equipar a las familias con las herramientas que necesiten para responder a una crisis ambiental como la contaminación por plomo en Flint. Si hemos aprendido una sola cosa, ésta debería ser que el brindar acceso a la información de manera linguística y culturalmente apropiada, es crucial para equipar a las familias con las herramientas que necesitan para responder a una crisis. Esto es una cuestión de justicia ambiental.
Nuestro gobierno debe hacer un esfuerzo para brindar información de cualquier manera que sea necesaria y así llegar a toda la población, en vez de abandonar a su suerte a los más vulnerables.
San Juana “Juani” Olivares es presidenta del grupo Hispanic Latino Collaborative del Condado de Genesee.