Massive Gas Leak Puts Californians’ Health and Environment in Jeopardy
(Read in English & Spanish) A massive gas leak near the town of Porter Ranch is releasing as much methane in a month as a fleet of 200,000 cars would in a year.

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Since October, people across the nation have been monitoring a massive leak at SoCal Gas’ natural gas storage facility in the San Fernando Valley. This is the largest underground methane storage facility in the western United States, and the leak is one of the largest environmental disasters ever in Southern California. At a recent public hearing on the gas leak, frustration at the manmade environmental disaster threatened to boil over. Earthjustice is working with groups who want the storage facility shut down because the laws and regulations are not in place to allow this old and deteriorated facility to operate safely.
Lawsuits have been filed, California’s elected leaders have vowed to take action and Governor Brown has even declared a State of Emergency. The leak, called the Aliso Canyon leak or the Porter Ranch leak, is a local nightmare that has led to health impacts, such as headaches and nausea, and a dramatic reduction in quality of life for local residents.
The effects of this leak are immense. Thousands of people have been displaced and two schools have been relocated. But that’s not all. The implications for climate change are also severe, especially given California’s desire to be a climate leader. One University of California, Davis scientist estimated that the nearly 100,000 pounds of greenhouse gases spewed into the atmosphere every hour from the methane leak is equivalent to “the weight of a U.S. Navy super carrier every month.” The EPA has stated that, “Pound for pound, the comparative impact of [methane] on climate change is more than 25 times greater than CO2 over a 100-year period.”
The leak is also a call to arms about flaws in the oversight of complex fossil fuel infrastructure, especially in Southern California where residential developments sit side-by-side with flammable, polluting fossil fuel structures. In this case, the storage facility is spewing climate-changing greenhouse gas pollution hourly with a fix more than a month away. The leak is so difficult to address because engineers must slowly and carefully drill two relief wells thousands of feet into the ground to perfectly intercept the leaking 7-inch gas pipe. Reports have surfaced indicating that the leaking well did not include a safety valve, which does not appear to be required under current regulations.
The South Coast Air Quality Management District Hearing Board held a public hearing in the community at the Granada Hills Charter School near Porter Ranch on Saturday, January 9. This agency is responsible for ensuring oil and gas facilities are not creating a nuisance in the region. The hearing attracted one of the largest crowds ever—if not the largest—for a hearing before this board. Given the overwhelming public response, the board had to punt its decision on what to include in an abatement order for SoCal Gas until the following Saturday. (An abatement order requires a company not following the law to clean up its act or shut down.)
At the hearing, the air district staff and SoCal Gas presented their negotiated plan to address the leak. Their joint filing agrees that the company will monitor the leaking well, inspect the equipment at the entire facility over the next two years and fund a community health study, among other requirements. There will also be financial penalties associated with the leak, but the fees are negotiated privately by the air district legal staff and SoCal Gas.
Earthjustice worked with Food & Water Watch and Save Porter Ranch to provide input to the hearing board. These groups want more than the negotiated terms in place while SoCal Gas works to make the area safe again; they (and others) want the entire gas storage facility shut down. Per the negotiated agreement, SoCal Gas has two years to inspect the entire facility, and under the negotiated approach, the facility will be allowed to operate during this period. Many alarmed residents argue that if it takes two years to inspect the facility to ensure all wells are in working order, SoCal Gas should not be able to operate it in the interim. SoCal Gas needs to draw down the gas reserve as quickly as possible, but once emptied, there should be a complete moratorium on operations. Moreover, residents are calling for greater oversight and transparency over SoCal Gas’ required air monitoring activities.
Between the Santa Barbara oil spill last year and now this massive leak, Californians in particular are seeing strong evidence of the urgent need for action to protect our health and welfare from fossil fuel infrastructure. But they’re not alone. People across the nation face impacts from fossil fuel infrastructure, whether it’s oil and gas wells in neighborhoods or massive refinery complexes. There is clearly a lack of regulatory oversight to match the dangers of this aging infrastructure. Let’s hope the South Coast hearing board steps up to the challenge and places the interests of people and the environment over those of oil and gas companies.
FUGA MASIVA DE GAS PONE EN RIESGO LA SALUD DE LOS CALIFORNIANOS Y DEL MEDIO AMBIENTE
Desde Octubre, gente de todo el país ha estado monitoreando una fuga masiva de un tanque de almacenamiento de gas natural de SoCal Gas en el Valle de San Fernando. Esta es la instalación subterránea más grande del oeste de Estados Unidos, y la fuga es uno de los mayores desastres ambientales en la historia de California del Sur. En una reciente audiencia pública sobre esta fuga, la frustración con este desastre causado por el hombre casi estalla. Earthjustice está colaborando con grupos que desean que la instalación de almacenamiento cierre porque no existen en estos momentos ni leyes, ni regulaciones vigentes que permitan que esta instalación funcione de manera segura.
Las demandas se han presentado, las autoridades de California han prometido tomar acción, y el Gobernador Brown hasta ha declarado un estado de emergencia. La fuga denominada el escape de Aliso Canyon o escape de Porter Ranch, es una pesadilla local que ha conllevado impactos para la salud como dolores de cabeza y náusea y una dramática reducción en la calidad de vida de los residentes.
Los efectos de esta fuga son inmensos. Miles de personas han sido desplazadas y dos escuelas han sido reubicadas. Pero eso no es todo. Las implicaciones que representa para el cambio climático son tan severas, especialmente porque California aspira a ser un líder en la lucha contra el cambio climático. Un científico de la Universidad de California, Davis estima que casi 100,000 libras de gases de invernadero arrojados a la atmosfera cada hora por esta fuga de metano, es equivalente al “peso de un portaviones del US Navy cada mes.” La EPA ha declarado que “Libra por libra, el impacto comparativo del [metano] sobre el cambio climático es 25 veces mayor que el de el CO2 a lo largo de 100 años.”
La fuga también es un llamado a la acción contra el descuido dentro de la compleja infraestructura de combustible fósil, especialmente en California del Sur, donde las urbanizaciones residenciales se están construyendo muy cerca de estructuras contaminantes de combustibles fósiles. En este caso, la instalación de almacenamiento está despidiendo contaminación de gases de invernadero cada una hora y aún falta un mes para que lo reparen. Es difícil lidiar con la fuga porque para lograrlo los ingenieros deben lentamente y con mucho cuidado perforar dos pozos de alivio, miles de pies bajo la tierra para interceptar la tubería de gas de 7 pulgadas de manera efectiva. Han surgido reportes que indican que el pozo que tiene la fuga no contaba con una válvula de seguridad, lo que al parecer no era un requisito bajo el reglamento actual.
La South Coast Air Quality Management District Hearing Board sostuvo una audiencia pública en la comunidad de la escuela Granada Hills Charter School cerca de Porter Ranch el sábado, 9 de enero. Esta agencia es responsable de garantizar que las instalaciones de petróleo y gas no causen molestias en la región. La audiencia atrajo a uno de los públicos más concurridos hasta la fecha—por no decir el más concurrido¬¬—para una audiencia ante esta junta. Dada la contundente respuesta pública, la junta tuvo que posponer su decisión sobre qué elementos incluir en una orden de reducción para SoCal Gas hasta el próximo sábado. Una orden de reducción obliga a una compañía a arreglar el desperfecto o cerrar si no está cumpliendo con la ley.)
En la audiencia pública con la comunidad, el personal del distrito de aire y SoCal Gas presentaron su plan negociado para lidiar con a fuga. El mismo concuerda que la compañía estará monitoreando el pozo que tiene la fuga, inspeccionará los equipos en toda la instalación durante los próximos dos años y financiará estudios de salud comunitarios, además de otros requisitos. Habrá penalidades financieras asociadas con la fuga, pero los pagos se negociaran en privado por parte del personal legal del distrito del aire y SoCal Gas.
Earthjustice trabajó con Food & Water Watch y Save Porter Ranch para proveer su contribución a la junta de la audiencia comunitaria. Estos grupos quieren más que los términos negociados implementados mientras SoCal Gas trabaja para que el área esté segura nuevamente; ellos (y otros) quieren que la instalación cierre por completo. Según el acuerdo, SoCal Gas tiene dos años para inspeccionar la instalación completa y bajo la estrategia negociada, la instalación podrá funcionar durante este período. Muchos residentes alarmados alegan que si se toma dos años inspeccionar la instalación, para garantizar que todo marche en orden, no se le debe permitir a SoCal Gas que esté en funcionamiento mientras tanto. SoCal Gas necesita vaciar el tanque de almacenamiento de gas lo más rápido posible, pero una vez que esto suceda, debe haber una moratoria completa de las operaciones. Además, los residentes están exigiendo mayor diligencia y transparencia en cuanto a las actividades de monitoreo de aire por parte de SoCalGas.
Entre el derrame de petróleo de Santa Bárbara el año pasado y ahora esta fuga masiva, los Californianos en particular están viendo fuerte evidencia de la necesidad urgente de tomar acción para proteger nuestra salud y el correcto funcionamiento de la infraestructura de combustibles fósil. Pero no están solos. Personas por todo el país padecen el impacto de la infraestructura de combustibles fósiles, ya sea por los pozos de petróleo o de gas en las vecindades o por las gigantescas instalaciones de las refinerías. Hay definitivamente una falta de supervisión regulatoria que corresponda con los peligros de esta anticuada infraestructura. Esperemos que la junta de la audiencia de South Coast acepte el reto y coloque los intereses de las personas y el medio ambiente antes de aquéllos de las compañías de petróleo y de gas.
Based in Los Angeles, Adrian works on clean air, clean energy, and healthy communities issues as a deputy managing attorney for Earthjustice's Right to Zero campaign. Follow him on Twitter @LASmogGuy.
The California Regional Office fights for the rights of all to a healthy environment regardless of where in the state they live; we fight to protect the magnificent natural spaces and wildlife found in California; and we fight to transition California to a zero-emissions future where cars, trucks, buildings, and power plants run on clean energy, not fossil fuels.