En la lucha contra el cambio climático, los estados están produciendo soluciones

Mientras Trump siga destruyendo protecciones ambientales, los estados serán los responsables de una política ambiental.

Imágenes satelitales del huracán Michael tocando tierra el 10 de octubre de 2018, en Florida. Climas extremos y calentamientos del mar amenazan a comunidades en muchas partes de los Estados Unidos.
Imágenes satelitales del huracán Michael tocando tierra el 10 de octubre de 2018, en Florida. Climas extremos y calentamientos del mar amenazan a comunidades en muchas partes de los Estados Unidos. (Image Courtesy of NOAA)

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Esta columna se publicó originalmente en USA Today.

Los expertos alertaron en su último informe esta semana que queda poco tiempo para controlar los aumentos de temperatura alrededor del mundo, y solicitaron acciones “rápidas, de largo alcance y sin precedentes” para evitar los peores impactos del cambio climático —desde más incendios forestales y sequías extremas, hasta el aumento del nivel del mar y tormentas más poderosas—. Asimismo, nos recordaron que, si no actuamos, nuestra salud, nuestra seguridad alimentaria y de agua, así como nuestro medio ambiente y nuestra economía estarán en juego.

Estos riesgos no son hipotéticos. En todo el país podemos ver los devastadores efectos de climas extremos agraviados por el cambio climático. Mientras las Carolinas enfrentan las catastróficas inundaciones del huracán Florence y Florida le hace frente al huracán Michael, los incendios forestales en el Oeste han destruido un área más grande que el estado de Maryland.

Mientras tanto, la administración de Trump sigue ignorando la amenaza del cambio climático y continúa destruyendo protecciones críticas para nuestro aire, agua, tierra y vida silvestre. Con un presidente decidido a salvar la industria de combustibles fósiles a expensas de la salud pública y el medio ambiente, es fácil sentirse desanimado.

Pero no todo está perdido.

LOS ESTADOS ESTÁN SUPLANTANDO LA APATÍA DEL GOBIERNO FEDERAL

Ante la ausencia de liderazgo en Washington, D.C., los estados están tomando las riendas, formando coaliciones diversas y poderosas que ponen a las personas directamente afectadas por la contaminación al centro de la solución. Además, a pesar de la promesa de Trump por retirarse del Acuerdo de París, ls estados están cumpliendo nuestros compromisos internacionales y adoptando políticas inteligentes hacia un futuro de energía limpia, incluso cuando la administración de Trump quiere regresarnos al pasado.

Recientemente, California aprobó la Propuesta 100 (SB 100), comprometiéndose a consumir 100 por ciento de energía limpia para 2045.

Esta no es una hazaña pequeña para la quinta economía del mundo y uno de los estados que más produce petróleo en el país. California ya cuenta con medio millón de empleos en el sector de energía limpia, y esta decisión la impulsa hacia una red energética libre de carbono. Con la SB 100, California demuestra que un medio ambiente saludable y una economía próspera pueden y deben ir de la mano.

Así, California continúa los pasos de Hawái, quien en 2015 aprobó una medida con las mismas expectativas para 2045. Asimismo, el Senado de Massachusetts aprobó una ley para consumir 100 por ciento de energía renovable para 2047. Y es que a medida que la energía limpia se vuelve cada vez más económica, estos objetivos se ubican cada vez más a nuestro alcance.

LA CLAVE PARA UNA POLÍTICA AMBIENTAL INTELIGENTE ES LA INCLUSIVIDAD

Este noviembre, el estado de Washington votará por una ley que cimentaría el liderazgo de este estado contra el cambio climático. La Iniciativa 1631 impondría una modesta tarifa a los principales contaminadores climáticos del estado, generando miles de millones de dólares en financiamiento para infraestructura y opciones de energía y transporte limpio, capacitación laboral y reparación para las comunidades más afectadas por la contaminación. De aprobarse, sería la primera ley de su tipo en ser promulgada directamente por los votantes.

La Iniciativa 1631 es consecuencia de un proceso inclusivo que reunió a más de 250 organizaciones y está respaldada por comunidades nativas, grupos de comunidades de color, profesionales en salud, empresas, científicos, grupos religiosos y promotores de la energía limpia. El resultado es un enfoque que garantizará una suave y justa transición hacia la energía limpia.

Tanto la SB 100 como la Iniciativa 1631 demuestran cómo la inclusión y la colaboración son guías para una política ambiental apropiada y favorable para todos. También subrayan el papel crítico de los estados para solucionar la crisis climática, especialmente en un momento en que los políticos de Washington no hacen más que decepcionarnos.

En Earthjustice luchamos contra la administración Trump que destruye protecciones ambientales. Hasta el momento con más de cien demandas presentadas en cortes federales —muchas de las cuales protegen a las comunidades más vulnerables y al medio ambiente de la contaminación de combustibles fósiles— Earthjustice trabaja para garantizar que la transición hacia una energía limpia sea justa y equitativa para las comunidades más afectadas por el cambio climático. Y estamos haciendo equipo con los estados más progresistas en la lucha climática: los que ponen el ejemplo en nuestro país y el mundo.

Aun en la era Trump, avanzar en la lucha contra el cambio climático es posible. Y los estados deben continuar liderando este camino.

Abigail Dillen serves Earthjustice as our President, leading the organization's staff, board and supporters to advance our mission of using the courts to protect our environment and people’s health.