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La ‘Cura’ de MAHA Es Una Venta de Humo Con Bata de Laboratorio

La estrategia filtrada de MAHA protege a las corporaciones, no a la salud de los niños.

Un informe filtrado de la estrategia “Hacer a Estados Unidos Saludable de Nuevo” (MAHA, por sus siglas en inglés) de la administración Trump promete una solución para la crisis sanitaria nacional , desde mejorar el bienestar infantil hasta abordar la contaminación por pesticidas y la exposición a sustancias químicas tóxicas. Pero lo que realmente ofrece es pura farsa.

Tras este lenguaje superficial se esconden solo remedios vacíos : llamados inciertos a la “innovación” que mantienen a grupos de presión de la industria al mando de la salud comunitaria, pseudociencia en lugar de investigación confiable y tácticas dilatorias que exigen más estudios sobre problemas bien comprendidos. A su vez, esto deja intactos, e incluso envalentonados, los verdaderos impulsores de las enfermedades crónicas infantiles: la avaricia corporativa, la contaminación industrial, la pobreza y las desigualdades sistémicas.

Las familias merecen más que soluciones patrocinadas por corporaciones, y es por eso que Earthjustice está desmitificando el “aceite de serpiente” que esta administración está tratando de vender.

Venta de humo n.° 1: Salvaguardias sacrificadas por la “innovación”

El informe promociona la “innovación” mediante colaboraciones con el sector privado, utiliza términos de moda ambiguos como “agricultura de precisión”, pero no ofrece ninguna protección efectiva contra los pesticidas tóxicos vinculados a problemas de desarrollo neurológico infantil . En cambio, el informe filtrado engaña al público haciéndoles creer que las leyes sobre pesticidas ya son “sólidas”. No lo son, y por eso tantos padres y científicos están tan preocupados por las sustancias químicas tóxicas presentes en nuestras frutas y verduras.

Mientras tanto, exige suavizar las normas de contaminación química para mataderos y granjas industriales, lo que solo se traduce en más desechos animales en el agua que beben las familias y más gases en el aire que respiran los menores. El silencio sobre el uso excesivo de antibióticos en la alimentación animal, que genera resistencia que mata a 35.000 estadounidenses cada año , es tan revelador como mortal.

Proteger a la infancia debería implicar mayores protecciones contra pesticidas tóxicos, aire y agua contaminados, no debilitar las leyes para permitir que las grandes empresas agrícolas prioricen sus utilidades por encima de la salud infantil. Cuando el gobierno disfraza la agenda de lucro corporativo de innovación, no es más que una oculta explotación.

Venta de humo n.º 2: “Ciencia de referencia”

La estrategia de MAHA promete “ciencia de referencia”, pero no cita ninguna (la falta de citas es una omisión asombrosa, pero no sorprendente, dado el deficiente historial de credibilidad fáctica de la administración ). En cambio, sustituye la evidencia por ideología y la ciencia de larga data y revisada por pares con tácticas dilatorias. Por ejemplo, el Grupo de Trabajo sobre Enfermedades Crónicas propuesto pretende “catalizar la ciencia transformadora de descubrimientos y estrategias de intervención” sobre los determinantes ambientales de la exposición a sustancias químicas , una conexión que se ha establecido durante años.

La administración incluso está recortando la financiación de la ciencia que afirma necesitar . El secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Robert F. Kennedy Jr., acaba de recortar casi 500 millones de dólares en investigación de vacunas , lo que frena los avances en el tratamiento del cáncer y la preparación para emergencias. El administrador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Lee Zeldin, desmanteló la Oficina de Investigación y Desarrollo, disolvió los consejos asesores científicos independientes y retiró la financiación de los programas de investigación en salud infantil. Esto ocurre mientras el Congreso recorta Medicaid y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que proporciona asistencia alimentaria esencial a casi 40 millones de personas , incluido uno de cada cinco niños, al tiempo que proclama que estos programas son esenciales para la salud infantil.

En conjunto, estas acciones no solo son erróneas, sino que representan un desmantelamiento sistemático de la ciencia federal, lo que debilita las protecciones para la salud pública, la infancia y el medio ambiente. El gobierno está vendiendo un plan para una política enfermiza, no para mejorar la salud infantil.

Venta de humo n.° 3: Promover la salud, pero excluir las necesidades de las comunidades

La estrategia ignora lo obvio: los niños que viven en barrios cercanos a autopistas, plantas y plantas químicas sufren más asma, cáncer, plomo y envenenamiento por PFAS. La pobreza y el racismo agravan sistemáticamente estos daños. Sin embargo, este informe pretende que las familias de bajos ingresos no viven en lugares sobrecargados, mientras se enfrentan a dilemas imposibles entre pagar el alquiler, la gasolina o una alimentación nutritiva, lo que las deja en una situación de alta vulnerabilidad ante riesgos ambientales y para la salud.

Incluso las estructuras consultivas se están politizando para reforzar estas deficiencias. El Comité Asesor para la Protección de la Salud Infantil, históricamente un organismo independiente que proporcionaba recomendaciones con base científica, ahora se vería obligado a alinear sus directrices con la agenda política de MAHA. Este cambio corre el riesgo de convertir a un organismo asesor científico en un sello de aprobación de políticas favorables a las corporaciones, en lugar de un protector de la salud infantil.

Igualmente preocupante es la exclusión de las voces de la comunidad. La estrategia no intenta incorporar las perspectivas de padres, profesionales sanitarios de primera línea, docentes ni líderes locales, quienes sufren a diario las consecuencias de los riesgos ambientales. Cabe destacar que la estrategia MAHA incluso ignora el plomo en el agua potable y PFAS en alimentos y productos domésticos — dos importantes amenazas tóxicas que las comunidades llevan mucho tiempo instando al gobierno a abordar.

Si la política no se basa en las realidades de las familias a las que pretende servir, esta estrategia deja de ser una estrategia de salud y se convierte en un modelo para obtener ganancias, no para los niños.

El camino a seguir

En Earthjustice, este informe refuerza lo que ya sabemos: esta administración está presentando concesiones políticas como políticas de salud, mientras que margina la ciencia y desestima las voces de la comunidad . Por eso, creamos la Liga de Acción por la Equidad en la Salud y el Medio Ambiente (HEAL, por sus siglas en inglés que también significa “sanar”), una coalición de expertos en justicia ambiental, profesionales de la salud, científicos y defensores de la comunidad para garantizar que el Congreso ejerza la supervisión y que sus políticas se guíen por la evidencia, la equidad y salvaguardas comprobadas, lejos del alcance dañino de las grandes petroleras y la masiva industria agrícola.

La salud infantil no es moneda de cambio en política. Si esta administración no se enfrenta a los intereses corporativos por encima de las vidas humanas, nosotros sí. Las familias merecen aire limpio, agua potable y alimentos libres de sustancias químicas tóxicas, no otra venta de humo.

Established in 1989, Earthjustice's Policy & Legislation team works with champions in Congress to craft legislation that supports and extends our legal gains.

Earthjustice y nuestros socios trabajan para proteger la salud infantil.
Earthjustice y nuestros socios trabajan para proteger la salud infantil. (Prasit Thongdee / Getty Images)