Es Hora De Decirle Adiós Al Gas Doméstico
Los aparatos de gas están contaminando nuestros hogares. Las líneas de gas provocan trágicas explosiones. Electrificar nuestra oferta de viviendas puede ayudar.
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Imagine que usted se muda a un apartamento o una casa. Le pregunta al propietario si hay alguna inquietud que deba conocer.
El propietario responde que no, aparte del material altamente explosivo que atraviesa sus paredes y cimientos. Agrega que no hay que preocuparse por el riesgo de explosión, en caso de un terremoto que rompa las tuberías (que no han tenido mejoras y son sensibles, pero no una preocupación). Además, los bajos niveles de gases tóxicos que se filtran de sus electrodomésticos son totalmente normales. Solo sale cuando los usa.
¿Se sentiría seguro mudándose allí?
Muy a menudo, a los residentes no se les ofrecen opciones: el gas ha sido la fuente de energía dominante para calentar y alimentar los hogares desde los años treinta. Sin embargo, este combustible fósil perjudica nuestra salud al llenar interiores con contaminantes tóxicos que se acumulan a lo largo de la vida. Recientemente, un estudio encontró que los contaminantes interiores que se liberan de las estufas de gas causan uno de cada ocho casos de asma en niños en los EE.UU.
Poco después de la publicación del estudio, un funcionario federal de protección al consumidor dijo que su agencia está considerando regular las nuevas estufas de gas en los hogares. La agencia comenzará un proceso de revisión formal para obtener la opinión del público, en tanto que los republicanos y la industria de los combustibles fósiles presionan para que esto no ocurra.
El gas puede ser importante a la hora de calentar hogares, cocinar alimentos y secar la ropa, pero su uso puede tener consecuencias mortales. En los últimos nueve años, la infraestructura y distribución de gas ha obligado a más de 30 mil personas a evacuar sus hogares, ha ocasionado decenas de fallecimientos y cientos han sufrido heridas. Dentro de esa aterradora estadística existen historias de personas cuyas casas fueron dañadas y sus vidas destruidas, como fue el caso de un gasoducto que explotó en San Bruno, California, en 2010, creando un cráter de 72 pies y matando a ocho personas.
Dentro de casa, los aparatos de gas emiten partículas tóxicas que respiramos todos los días. Las estufas de gas llenan nuestros hogares con sustancias químicas como el óxido de nitrógeno, el formaldehído y el monóxido de carbono que pueden causar graves problemas pulmonares y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin la ventilación adecuada, una casa con un quemador de gas puede alcanzar niveles tóxicos de calidad del aire interior que superan con creces las recomendaciones de salud de la EPA, en este caso el aire exterior.
Además de poner en peligro la salud pública, extraer combustibles fósiles y quemarlos en nuestros hogares también genera contaminación climática. Suministrar gas en nuestros edificios crea aproximadamente el 10% de las emisiones de efecto invernadero en EE.UU., por lo que es aún más imperativo que eliminemos los combustibles sucios de nuestros hogares y la red eléctrica debido al poder destructivo de los fenómenos naturales exacerbados por el cambio climático.
La buena noticia es que un futuro en el que cualquiera pueda vivir en un hogar saludable y libre de gases contaminantes es más que un sueño verde. Gracias a la Ley de Reducción de la Inflación aprobada en 2022, los consumidores ahora pueden reclamar un reembolso de $840 al comprar una estufa eléctrica. Cambiar los aparatos de gas por los eléctricos eliminaría las sustancias químicas mortales de nuestros espacios vitales y de nuestro medio ambiente. Asegurarnos de que cualquier vivienda nueva que construyamos sea totalmente eléctrica puede aliviar una crisis de salud pública en nuestro suministro de viviendas, y ayudar a protegernos a todos y todas de la catástrofe climática.
“Hemos tomado 150 años de infraestructura de combustibles fósiles como un hecho, porque ha estado aquí todo este tiempo”, dice Mari Rose Taruc de Reclaim Our Power, una organización sin fines de lucro con sede en California que aboga por que una comunidad y una fuerza laboral segura adquiera una fuente de energía confiable. “Pero cuando la gente ve algo más limpio y mejor, cambia nuestras expectativas. Puede parecer un cliché, pero se empieza por creer que estas cosas son posibles”.
Las empresas de servicios públicos responsables de bombear gas alrededor del país podrían elegir la salud sobre las ganancias al invertir en energía limpia. Pero el dominio del gas está arraigado en nuestra sociedad: más de la mitad de los hogares estadounidenses funcionan con energía de gas, y el sector residencial por sí solo absorbe el 16% de su consumo total en nuestro país.
Los propietarios pueden optar por cambiar sus electrodomésticos a energía eléctrica, pero los servicios públicos presentan obstáculos. Taruc explica que las empresas de servicios públicos privadas o de propiedad de inversores a menudo presionan por leyes que dificultan que las personas se cambien a energías renovables. Esto se debe a que las empresas de servicios públicos privados no quieren compartir el acceso a la capacidad de beneficiarse de la energía limpia, lo que les quitaría dinero a los inversores adinerados que las controlan.
Las personas deben tener voz y voto sobre la procedencia de su energía, especialmente si ésta conlleva riesgos mortales. Grupos como Reclaim Our Power abogan por programas que hagan que la energía limpia sea accesible para todos, especialmente los grupos con mayores riesgos para la salud de los contaminantes interiores, como hogares de bajos ingresos y comunidades de color.
“Existen grandes desigualdades raciales en las soluciones de energía limpia que dan prioridad a los propietarios de viviendas”, advierte Taruc. “¿Cómo podemos llevar energía limpia al otro lado: inquilinos y personas en viviendas subsidiadas? Los nuevos programas deben tener una lente equitativa, en lugar de cometer las mismas injusticias”.
Mientras que grupos como Turac buscan reinventar el sistema, los abogados de Earthjustice están trabajando entre bastidores en nombre de los clientes en las comisiones estatales de servicios públicos, o PUC por sus siglas en inglés. Estas comisiones establecen las reglas para nuestras facturas de servicios públicos, es decir, lo que se incluye en ellas y el cobro máximo.
Nuestros abogados libran una pelea en las comisiones de servicios públicos con el fin de elevar los estándares de eficiencia energética y brindar energía renovable en nuestras comunidades de las comisiones de servicios públicos. Asimismo, trabajamos en estados como California para desarrollar una estrategia de cero emisiones junto con grupos de defensa de la comunidad y líderes de la ciudad. Hasta el momento, más de 60 municipios de California exigen o incentivan el uso de electrodomésticos totalmente eléctricos en edificios residenciales y comerciales nuevos. Estas ordenanzas hacen que las casas sean más seguras, limpias y asequibles: los estudios muestran que una construcción completamente eléctrica reduce los costos de construcción en $6,000 por vivienda unifamiliar o $1,500 por unidad de apartamento.
Estos requisitos locales demuestran que la tecnología para actualizar nuestras viviendas ya se encuentra disponible. Lo que se necesita ahora es un compromiso unificado de los legisladores estatales y federales para elevar los estándares de eficiencia energética y eliminar los peligrosos combustibles fósiles que circulan en nuestros hogares.
Aquí hay algunos cambios de energía limpia que puede realizar en su propia casa:
Calentadores de Gas
Usar gas para calentar nuestra agua e interiores libera emisiones de carbono que contribuyen al cambio climático. Los calentadores de agua por sí solos expulsan el 90% de los gases de efecto invernadero desde una casa. El gas también es ineficiente, ya que los hornos se descomponen con el tiempo debido a los filtros de aire y conductos sucios. No olvide el riesgo de explosión, ya que las líneas de gas rotas representan el 50% de los incendios después de un terremoto.
Una Solución Verde: Bombas de Calor
Calentar las casas con energía limpia puede reducir drásticamente las emisiones de carbono (y anular el factor de explosión). Las alternativas ecológicas más populares son las bombas de calor eléctricas, que funcionan extrayendo el calor del aire exterior y empujándolo hacia el interior. Este proceso es más eficiente energéticamente que la quema de gas.
Estufas de Gas
Las estufas de gas obstruyen el aire interior con sustancias químicas tóxicas como el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno, que pueden dañar los pulmones y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. También usan energía de manera ineficiente: menos de la mitad de la energía producida por un quemador de gas calienta los alimentos.
Solución Ecológica Estufas Eléctricas
Deshágase del gas y deje que las estufas eléctricas salven tu tocino (¿vegano?). Las estufas de inducción calientan rápidamente las superficies utilizando energía magnética y mantienen temperaturas de cocción más precisas. Sin una llama abierta, las estufas de inducción conservan más energía y hacen que cocinar sea más cómodo, sin cocina sofocante.
Aparatos de Gas
Los viejos electrodomésticos a gas ocasionan un despilfarro. La gran cantidad de energía necesaria para mantenerlos en funcionamiento, gran parte de la cual se desperdicia en forma de calor ambiental, se traduce en altas facturas de servicios públicos. Los electrodomésticos modernos eficientes pueden reducir las facturas y crear hogares más saludables. Sin embargo, siguen existiendo barreras para las personas que intentan cambiar sus aparatos domésticos a la electricidad. Sin reembolsos, la actualización puede estar financieramente fuera del alcance de muchas personas.
Solución Verde:
En última instancia, los reguladores deben nivelar el campo de juego para los aparatos de energía limpia. Una forma de hacerlo es eliminar los límites a la capacidad de las empresas de servicios públicos para ofrecer reembolsos de eficiencia por cambiar de aparatos de gas a eléctricos, algo que California hizo recientemente para permitir que los programas de eficiencia respaldasen la electrificación.
Alison Cagle is a writer at Earthjustice. She is based in San Francisco. Alison tells the stories of the earth: the systems that govern it, the ripple effects of those systems, and the people who are fighting to change them — to protect our planet and all its inhabitants.