Los Activistas Anti-fracking No Pueden Parar, Ni Se Dentendrán
Cediendo a la presión de los activistas, los reguladores de utilidades del estado negaron la petición de un rescate bancario de $100 millones para la planta de carbón de Cayuga. En cambio, los reguladores aceptaron invertir en la infraestructura de energía limpia del futuro.
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Los activistas anti-fracking de Nueva York no nos han fallado. Subsiguiente a su histórica victoria en 2015 para prohibir el fracking en Nueva York, han tornado su atención rápidamente a que el estado haga la transición a energía 100% limpia. Y el 24 de febrero, los mismos miembros de la comunidad que condujeron la carga, pueblo por pueblo, para prohibir el fracking, logró otra gran victoria para la energía limpia.
Cediendo a la presión de los activistas y ante retos legales por parte de Earthjustice, los reguladores de utilidades del estado negaron la petición de un rescate bancario de $100 millones para la planta de carbón de Cayuga que hubiera mantenido abierta la planta poco rentable y le hubiera permitido continuar quemando gas natural además de carbón. En cambio, los reguladores aceptaron invertir una fracción pequeña de los 100 millones propuestos para mejorar y fortalecer la red eléctrica–una inversión en la infraestructura de energía limpia del futuro.
Las personas en el centro de esta victoria son un grupo verdaderamente inspirador. Y en reconocimiento del Mes Histórico de la Mujer, vale la pena notar que los líderes claves en el movimiento, son mujeres: la legisladora del condado Tompkins, Carol Chock y Irene Weiser, concejal en Caroline, Nueva York, cuyos esfuerzos para prohibir el fracking en su pueblo aparecieron en este especial de NPR acerca de la democracia local.
Recuerdo uno de los primeros viajes que Irene y Carol llevaron a cabo al capitolio de Nueva York para atraer la atención de los oficiales estatales a su lucha en contra del recate bancario de la planta de carbón de Cayuga. Era un día frío de Noviembre y el grupo había partido de sus hogares en las horas antes del amanecer para tomar un autobús a Albany. El autobús no tenía calefacción y eventualmente se rompió por el camino. En vez de regresar, llamaron a otra compañía de autobuses, esperaron en el frío mientras llegaron a recogerlos, terminaron su viaje de tres horas al capitolio estatal y entregaron una carta detallando sus preocupaciones a la oficina del Gobernador Andrew Cuomo.
El condado de Tompkins, donde viven Irene y Carol, es donde se han pasado las primeras prohibiciones anti-fracking de Nueva York, donde la gente luchó una demanda por parte de una compañía petrolera billonaria—y ganó. Esa victoria preparó el terreno para la prohibición del fracking en Nueva York, logrando así que se convierta en el primer estado en la historia de los Estados Unidos en comprometerse a dejar los combustibles fósiles en el suelo.
Muchos de los pueblos de la región norte de Nueva York, donde viven Irene y Carol—Ulysses, Homer, Ovid—llevan los nombres de héroes de la antigüedad y los hombres que los inmortalizaron. Me gusta contar a Carol y a Irene y a todas las mujeres (y hombres) en su comunidad entre los héroes que nuestros historiadores describan cuando escriban la crónica de la lucha por salvar a la humanidad de la avaricia y la falta de visión de la industria de combustibles fósiles. El que finalmente ganemos la lucha en contra del catastrófico cambio climático, sin embargo, depende aun de todos nosotros.
From 2007–2018, Kathleen partnered with clean energy coalitions and grassroots organizations, empowered communities to fight against fracking, and worked with the Policy & Legislation team to have their messages heard by legislators.