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El Planeta No Puede Permitirse Una Elección Arriesgada Para La Corte Suprema

Necesitamos jueces que garanticen que nuestras cortes sean lugares donde la ciencia y la ley venzan la corrupción y los privilegios.

Amy Coney Barrett, una jueza incondicionalmente conservadora de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, ha sido seleccionada por Trump para reemplazar a la recién fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg con un proceso de confirmación acelerado del Senad
Amy Coney Barrett, una jueza incondicionalmente conservadora de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, ha sido seleccionada por Trump para reemplazar a la recién fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg con un proceso de confirmación acelerado del Senado. (Samuel Corum / The New York Times via Redux)

Esta página fue publicada hace 3 años. Encuentre lo último sobre el trabajo de Earthjustice.

Durante 50 años, Earthjustice ha estado luchando en las cortes en nombre de nuestro planeta y de aquellos que la habitan. Como la organización de derecho ambiental sin fines de lucro más importante del país, nos preocupa profundamente que la prisa por confirmar a Amy Coney Barrett al máximo cargo judicial en Estados Unidos pueda amenazar nuestro futuro compartido.

Los jueces son importantes para el medio ambiente.

La corte es el campo de batalla donde Earthjustice pelea para garantizar un futuro justo y equitativo para las personas y el planeta, y la Corte Suprema es la sala de audiencias más importante del país. Por eso necesitamos jueces que permitan que nuestros tribunales sigan siendo un lugar donde la ciencia y la ley venzan la corrupción y los privilegios. Aquí explicamos lo que esto conlleva:

  • Necesitamos jueces que reconozcan la obligación del gobierno en la protección del medio ambiente y las tierras públicas para todas las personas. Las leyes estadounidenses otorgan a sus habitantes el derecho legal a tener aire limpio, agua limpia, un clima estable y ecosistemas saludables. Necesitamos jueces que le recuerden al gobierno federal su obligación de salvaguardar esos derechos.
  • Necesitamos jueces que sepan la diferencia entre ciencia y política. Nuestras leyes ambientales requieren que los legisladores basen sus decisiones en la ciencia. Necesitamos jueces que identifiquen el momento en que la política se interpone en el camino.
  • Necesitamos jueces que sepan la necesidad de las personas que buscan acceso a los tribunales para que el gobierno y la industria rindan cuentas. Los intereses poderosos siempre intentarán bloquear las puertas de los juzgados, por lo que el trabajo de la Justicia es mantenerlas abiertas.

Como organización expresamos nuestra preocupación porque el historial de la jueza Barrett es demasiado escaso para que podamos evaluar si cumple con estas pruebas, especialmente en el marco del plan del Senado para apresurar su confirmación. Además, nos genera serias inquietudes de lo poco que podemos ver:

  • La jueza Barrett parece dispuesta a socavar nuestras leyes ambientales reviviendo la doctrina de la no delegación. Durante 80 años, los fallos de la Corte Suprema han reconocido que el Congreso no puede involucrarse en las minucias de la regulación federal y que se debe permitir a la rama legislativa exhortar a agencias como la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en el desarrollo de detalles de nuestras leyes ambientales. En los últimos años, los jueces de derecha han tratado de revocar estos precedentes en nombre de poderosos intereses corporativos. Agregar jueces que quieran revivir la doctrina de la no delegación minará la capacidad de la EPA para proteger a las comunidades — especialmente a las comunidades de color — de la contaminación y el cambio climático.
  • El historial de Barrett demuestra su voluntad de interpretar leyes ambientales como la Ley de Agua Limpia a favor de los intereses de la industria. En 2018, se unió a un dictamen en el cual señalaba que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército no tenía autoridad para proteger un humedal de la destrucción por parte de una gran empresa de construcción.
  • Barrett era secretaria y aparente protegida del difunto juez de la Corte Suprema Antonin Scalia. El juez Scalia fue el arquitecto principal de doctrinas para que a los ciudadanos les sea más difícil el uso de los tribunales como forma de reivindicar sus derechos legales. El juez Scalia creía que los tribunales estaban haciendo la tarea de desafiar las acciones gubernamentales “demasiado fácil” para las personas, los grupos de defensa y las organizaciones comunitarias.

Los jueces son importantes cuando de proteger el medio ambiente se trata, y ninguno más que los jueces de la Corte Suprema. El historial de Amy Coney Barrett sugiere que puede estar dispuesta a despojar a las agencias gubernamentales del poder de proteger el medio ambiente y cerrar las puertas de los tribunales a quienes buscan justicia. Asimismo, nuestros aliados de los derechos civiles, incluida la Conferencia de Liderazgo en Derechos Civiles y Humanos, han planteado previamente serias dudas sobre el historial de la jueza Barrett en la salud de las mujeres y los derechos LGBTQ. Earthjustice, por consiguiente, se opone a la prisa del Senado por nominarla a un asiento en la Corte Suprema.

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Sam Sankar (@sambhavsankar) is Earthjustice’s Senior Vice President of Programs. Sam leads our Program Leadership Team, which develops Earthjustice’s strategy for carrying out our mission through litigation, lobbying and regulatory advocacy, and communications.

Based in Washington, D.C., Keith is the National Communications Strategist for Partnerships and Intersectional Justice.