Cómo fue que por fin llegó la energía renovable a California

La ex presidenta de la Comisión de Servicios Públicos de California, Loretta Lynch, se acercó a Earthjustice con una nueva estrategia para embestir a la agencia que una vez dirigió.

El abogado de EarthJustice, Paul Cort, interviene en una audiencia pública en Sacramento. Cort ha puesto en práctica su dominio jurídico para obligar a la comisión de Servicios Públicos de California a repensar cómo se genera electricidad en el estado.
El abogado de EarthJustice, Paul Cort, interviene en una audiencia pública en Sacramento. Cort ha puesto en práctica su dominio jurídico para obligar a la comisión de Servicios Públicos de California a repensar cómo se genera electricidad en el estado. (Chris Jordan-Bloch / Earthjustice)

Esta página fue publicada hace 6 años. Encuentre lo último sobre el trabajo de Earthjustice.

Imagina a la ciudad de Los Ángeles sin smog. No existe esa bruma gris que oscurece las farolas ni esa capa extraña que ofusca, a lo lejos, el letrero de “Hollywood”. El vehículo eléctrico ya no es un símbolo de estatus, las personas comunes los llevan a sus trabajos de oficina mientras sus hijos viajan a la escuela en autobuses eléctricos amarillos. Los portacontenedores gigantescos en el puerto se conectan a una red de electricidad para que la comunidad cercana ya no sufra de contaminación. El aire ya no te mata cuando lo respiras. La temperatura ya no nos dirige a la catástrofe. Y la fuente de energía para todo esto es el viento y el sol.

Parece un futuro utópico, pero se está convirtiendo en realidad. Hoy en día, los servicios públicos de California invierten millones en proyectos de energía renovable, como autobuses eléctricos, infraestructura de carga de baterías y la electrificación del segundo puerto más activo del país.

Pero el futuro no siempre se vio tan optimista. Este cambio en la realidad es resultado de una constante guerra hecha por una coalición de grupos ambientalistas, de salud y de justicia ambiental, todos con la meta de un futuro cero emisiones. Todo comenzó hace 10 años, en una mesa llena de abogados ambientalistas en un restaurante de D.C., una presentación PowerPoint de 48 diapositivas y una ex empleada molesta con una agencia reguladora californiana.

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Paul Cort recuerda cuando conoció a Loretta Lynch (sin relación con la ex procuradora general). Fue en noviembre de 2007 cuando ella le dio una breve presentación —a él y a los abogados de Earthjustice— durante una cena entre amigos. La misión de Loretta era encontrar abogados ambientalistas competentes para gestionar comisiones de servicios públicos (PUC, por sus siglas en inglés), agencias gubernamentales a nivel estatal cuyo deber principal es supervisar los monopolios de servicios públicos y evitar que el aumento de precios ahorque a los consumidores. Su segunda función es vigilar a los comisionados, ya que suelen defender a los combustibles fósiles por encima de la innovación.

Lynch se había dado cuenta que las PUC eran corruptas y estaban cooptadas por compañías eléctricas interesadas en vender cada vez más energía sucia. Y si alguien sabía de eso, era ella, pues había sido presidenta de la PUC en California.

“Nadie conocía de estas agencias, vivían en un ambiente interno lleno de jerga donde el dinero era ley”, cuenta Lynch. “Y sabía que hasta que no pudiéramos hacer que los tribunales controlaran a las agencias administrativas, como las PUC, nunca llegaría un futuro con energías renovables. La cantidad de dinero en la industria fósil es simplemente demasiado como para dejar de querer pecho”.

Mientras una Lynch emocionada daba perspectivas rápidas y generales de las PUC, sobre cómo se podía obligar a las agencias a ayudar a mitigar el cambio climático y planear un futuro de energía limpia usando la ley, Cort quedó impresionado y aturdido.

“Nunca habíamos trabajado en las PUC. Entonces nos dimos cuenta que solo estábamos viendo una parte del sistema del combustible fósil”, dice Cort, acostumbrado a detener problemas de calidad de aire, marcándoles un límite a las plantas eléctricas en los tribunales.

Con la orientación jurídica de Lynch, los abogados de Earthjustice construyeron un plan para obligar a las PUC a repensar cómo se produce electricidad en los EE. UU. Entonces decidieron: California, un estado con políticas progresistas y mucho apoyo del sector privado y público para tecnología limpia.

Cort entró a una PUC con expectativas modestas. Quería que los agentes observaran que sus decisiones también tenían consecuencias ambientales reales y que tenían que tener esa discusión.

“Al principio no estábamos muy seguros de cómo hacerlo”, admite Cort. “Eran saltos de ciego”.

El primer caso de Cort en 2010 requirió una audiencia de la comisión para discutir un plan a largo plazo sobre las necesidades energéticas de California. Las empresas de servicios públicos querían construir más plantas de energía y la comisión, dando por hecho que las energías fósiles son mejores y hay más, estuvo de acuerdo.

“Necesitábamos desgastar ese supuesto”, dice Cort.

Demostró que California tenía suficiente energía eléctrica para satisfacer necesidades futuras, incluso sin el aumento en energía solar y eólica que estaba despegando en el estado. Al final, dos de cada tres compañías admitieron que era cierto y la comisión rechazó el plan para construir nuevas plantas.

“Se sintió como una victoria importante para el comienzo”, dice.

Aquella primera victoria anunció el fin de los combustibles fósiles. Después de eso, Cort necesitaba que la comisión pensara en grande.

La solución llegó un día mientras estudiaba cuidadosamente un informe de la Junta de Recursos del Medio Ambiente de California. El reporte concluía que el estado alberga las regiones con mayor contaminación de aire en el país y que solo se podía cumplir con los estándares federales de aire limpio mediante la transición a la tecnología cero emisiones. Para que la PUC y otras agencias reguladores no solo atendieran las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también la calidad del aire cuando tomaban decisiones sobre energía, Cort tendría que convencerles.

Primero, Cort armó su caso con leyes federales, como la Ley de Aire Limpio, que requiere que los estados cumplan con ciertos estándares de contaminación del aire. Luego las combinó con leyes de California que buscaban reducir las emisiones de gases con efecto invernadero. Juntas, estas leyes ayudaron a forzar las decisiones de los reguladores.

“Solo utilizamos leyes ambientalistas para fortalecer leyes climáticas”, dice Cort. “Fue una estrategia que nadie había usado”.

Al mismo tiempo, Cort evidenció que California estaba lista para reemplazar a los combustibles fósiles, como el gas natural y la energía realmente limpia. Los componentes de esa red inteligente —vehículos eléctricos, estaciones de carga, baterías— ya estaban ahí. Los reguladores solo necesitaban establecer políticas que ayudaran a crecer a la naciente industria.

Por cada paso que los reguladores daban, alejándose de los combustibles fósiles, Cort todavía los empujaba un paso más. Tras la aprobación de la SB 350 en California, la cual obliga a las agencias a dar prioridad a políticas y estrategias que logren una electrificación generalizada del transporte, Cort convenció a la PUC a que mirara más allá de los vehículos de pasajeros y promulgara políticas que electrificaran los vehículos de carga, como camiones y barcos. Los vehículos de carga son grandes emisores de carbono y de contaminación del aire. Los camiones son, especialmente, el candidato perfecto para electrificarse porque muchos tienen rutas cortas que pasan una y otra vez por las mismas comunidades.

Taylor Thomas creció en uno de esos vecindarios al oeste de Long  Beach, en la zona “muerto por diesel”. Su niñez la recuerda con cielos cenicientos y el ruido constante de las autopistas, puertos y trenes cercanos. A los siete años le diagnosticaron asma, una condición de salud frecuente en su comunidad.

“De niño, uno no se da cuenta de que eso no es normal”, dice Thomas.

En las audiencias de la PUC, Taylor habló de las comunidades que viven en la “primera línea”, aquellas fuertemente afectadas por la contaminación de carga. Así, para asegurar que todo trabajo creado en el  sector de la energía limpia sea seguro, local y con empleos bien remunerados, Earthjustice incorporó a la lucha sindicatos como la Hermandad Internacional de Trabajadores Eléctricos.

Daniel Wilbour, un ex mecánico automotriz que ahora trabaja en BYD, una compañía de autobuses eléctricos al sur de California, dice que le gusta que su trabajo ayude a limpiar el aire. Especialmente por sus dos hijos, uno de los cuales sufre discapacidades físicas y mentales.

“Los pequeños pulmones de mi hijo no pueden aguantar tantas cosas tan malas”, dice Wilbour.

A medida que Earthjustice acumula triunfos, la innovación tecnológica va superándose a sí misma. El año pasado, después de que Cort ayudó a convencer a la PUC de priorizar la electrificación de carga, la oficina de servicios públicos más grande de California propuso invertir más de mil millones de dólares para construir infraestructura de recarga eléctrica para camiones, autobuses y otros vehículos de gran dimensión. Este mes, la PUC aprobó por unanimidad la primera parte de estas propuestas, dándole luz verde a una docena de proyectos que suman decenas de millones de dólares para electrificar el transporte, integrar la energía renovable y electrificar los equipos de carga de San Diego y Long Beach.

Para presionar a la agencia de transporte público de Los Ángeles, la segunda más grande del país, a comprometerse a electrificar toda su flota de autobuses para el 2030, y presionar a los puertos de Los Ángeles y Long Beach para adoptar un plan para sustituir todos sus camiones y equipos portuarios a tecnologías cero emisiones para 2035.

Y esto no acaba aquí. La campaña “Right to Zero”, de EarthJustice, apuesta por una California totalmente electrificada por fuentes cero emisiones. Después ese plan de energías renovables se podría aplicar en todo el país.

“Cuando comenzamos la gente pensó que estábamos locos. El debate era sobre si podríamos llegar a las cero emisiones, no cuándo”, dice Cort. “Pero esa conversación ha cambiado por completo”.

“He trabajado en defensa de la calidad del aire por mucho tiempo, y ahora estamos en una posición en la que ese problema podría resolverse en mi vida. Si eso sucede, realmente sentiría que ha sido una carrera bien empleada”.

SOBRE ESTA SERIE

No tenemos que imaginar un futuro cero emisiones cuando podemos vivirlo. Nuestra nueva serie en el blog, “Right to Zero”, rastreará la campaña Right to Zero para transformar la red de energía y transporte de California, por una cero emisiones. Mientras la administración de Trump olvida los problemas climáticos y de salud en Washington, DC, los californianos presionan a sus representantes por un estado cero emisiones. Síguenos en “Right to Zero” para saber cómo lucha Earthjustice por tecnologías cero emisiones en nuestros puertos, plantas de energía, autopistas y rutas de autobuses.

Jessica is a former award-winning journalist. She enjoys wild places and dispensing justice, so she considers her job here to be a pretty amazing fit.

The California Regional Office fights for the rights of all to a healthy environment regardless of where in the state they live; we fight to protect the magnificent natural spaces and wildlife found in California; and we fight to transition California to a zero-emissions future where cars, trucks, buildings, and power plants run on clean energy, not fossil fuels.