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Cuarenta años de espera para salvar a los últimos lobos salvajes

Esta semana sin embargo, llegaron buenas noticias para el lobo. Earthjustice, en representación de una coalición de grupos de conservación, centros para estudio de los lobos, y un antiguo biólogo del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos, llegó a un acuerdo con el Servicio para finalizar un plan de recuperación para antes

Esta página fue publicada hace 7 años. Encuentre lo último sobre el trabajo de Earthjustice.

El 28 de abril de 1976, el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos, registró al lobo gris mexicano bajo la  Ley de Especies en Peligro de Extinción. Sumamente inteligente y social, este animal se encontraba entre los pilares fundamentales del suroeste Americano. Desafortunadamente, la decisión de protegerlo llegó un poco tarde para el lobo. Entre la industria ganadera, los cazadores, y los agentes del gobierno ya prácticamente habían exterminado la especie en los estados de la región llamada Cuatro Esquinas. Sin embargo, al sur de la frontera quedaba un rayo de esperanza. Algunos ejemplares de la especie sobrevivieron en México. Por lo tanto entre 1977-1980, el Servicio y su equivalente mexicano trabajaron juntos para reunir a los últimos lobos salvajes que quedaban, en un intento por salvar a toda la especie.

Sus esfuerzos resultaron en la captura de siete lobos. Hoy en día, todos los lobos salvajes que permanecen en libertad son descendientes de esos siete.

Hoy marca el 40 aniversario del registro de los lobos grises mexicanos en la lista de especies en peligro de desaparecer para siempre. Se pensaría que en cuatro décadas, el lobo se hubiera podido recuperar. Pero con sólo 97 ejemplares silvestres en existencia al final de 2015, y menos de 25 en México, el lobo gris mexicano sigue siendo uno de los mamíferos más amenazados en Norteamérica y enfrenta un grave riesgo de extinción.  

La razón por la que los lobos han tenido problemas para sobrevivir se debe a que el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos no ha tomado la acción necesaria para asegurar el futuro del lobo. Una y otra vez, el servicio se ha doblegado ante presión por parte de grupos de interés especial y líderes estatales en  Arizona, Colorado, Utah y Nuevo México quienes no quieren que la especie sea restablecida dentro de sus fronteras. Por tanto, el servicio nunca ha finalizado un plan de recuperación científicamente válido y que sirva como prototipo para establecer una población saludable y sostenible de lobos salvajes mexicanos en estado silvestre.

Esta semana sin embargo, llegaron buenas noticias para el lobo. Earthjustice, en representación de una coalición de grupos de conservación, centros para estudio de los lobos, y un antiguo biólogo del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos, llegó a un acuerdo con el Servicio para finalizar un plan de recuperación para antes de que termine el 2017.

Sin la aplicación de un plan, la rehabilitación del lobo en estado silvestre se ha visto severamente atada de manos. Las matanzas ilegales por parte de cazadores furtivos representan una amenaza constante para los lobos, y perseguir y procesar a los culpables se hace difícil para las autoridades. La expulsión legal de los lobos debido a conflictos con el ganado también ha reducido la población. Pero la peor amenaza a la recuperación de la especie es el problema de endogamia debido a una disminución severa de la variedad genética.

Los esfuerzos de conservación para el lobo salvaje mexicano por parte del Servicio también se han limitado por las insuficientes liberaciones de lobos en cautiverio al medio silvestre, expulsiones excesivas de lobos salvajes y a restricciones geográficas arbitrarias en cuanto a la ocupación de hábitats de recuperación prometedores para el lobo, como la región ecológica del Gran Cañón, el norte de Nuevo México y el sur de Colorado. En 2010, el servicio admitió que la población de lobos salvajes mexicanos “no estaba prosperando” y permanecía “en riesgo de extinción,” y además admitió que no cumplir con el desarrollo de un plan actualizado resulta en una orientación insuficiente para el esfuerzo de reintroducción y recuperación.

Este acuerdo ofrece nueva esperanza para el lobo de las leyendas del suroeste. Pedimos encarecidamente al Servicio que en su finalización del plan se mantenga fuera a la política y siga los dictados de la ciencia. Debemos conceder a este lobo una verdadera oportunidad de supervivencia. Aprenda más sobre los lobos grises mexicanos en: Earthjustice.org/lobo.

Heidi McIntosh is managing attorney of the Rocky Mountain regional office in Denver, Colorado. She has more than three decades of environmental litigation experience.

The Biodiversity Defense Program fights to reshape our relationship to lands, water, and wildlife everywhere by confronting the major drivers of the decline in nature, including habitat destruction and over-exploitation of wildlife.

Earthjustice’s Rocky Mountain office protects the region’s iconic public lands, wildlife species, and precious water resources; defends Tribes and disparately impacted communities fighting to live in a healthy environment; and works to accelerate the region’s transition to 100% clean energy.