El Cambio Climático No es Juego de Niños
Un grupo de 700 mamás con sus hijos se juntaron el mes pasado en el parque Senate Park cerca de Capitol Hill en Washington, D.C., en un evento de juegos para encontrar soluciones al cambio climático.
Esta página fue publicada hace 8 años. Encuentre lo último sobre el trabajo de Earthjustice.
Fue una cita para jugar como no se había visto nunca antes. Moms Clean Air Force calcula que un grupo de 700 mamás con sus hijos se juntaron el mes pasado en el parque Senate Park cerca de Capitol Hill en Washington, D.C., en un evento de juegos para encontrar soluciones al cambio climático.
El evento llamado D.C. Play-in for Climate Action fue una manera pacífica para que los padres de todos los rincones de Estados Unidos se unieran en señal de protesta y escuchar las palabras de los líderes luchando contra la contaminación del aire para que nuestros hijos y generaciones futuras puedan respirar aire limpio y puro.
Fue también mi primera experiencia con el grupo Moms Clean Air Force. Ser padres de un niño de 19 meses, nos hizo pensar a mi esposo y a mi que era un evento que no nos podíamos perder. Sabíamos que habría mucha solidaridad con otras familias y queríamos ver muchos niños con padres igualmente entusiasmados como nosotros en lograr un cambio. Lo que encontramos fue eso y mucho más.
Claro, hubo aros de hula y globos, que nuestro chiquito disfrutó como ningún otro juguete—de día, por lo menos. Pero había también música viva y baile y mensajes llenos de esperanza, adultos organizando días de limpieza de sus respectivos vecindarios y papás haciendo planes para juntar a sus hijos para jugar localmente y para ponerse de acuerdo para el próximo evento D.C. play-in en un año. Había gente de ciudades grandes, pueblos pequeños y lugares sagrados que necesitan protección.
Mi hijito Liam se sintió atraído como imán a la activista de derechos de los nativos Casey Camp-Horinek y sus nietos. Camp-Horinek es miembro de la nación Ponco, es actriz y miembro del grupo Indigenous Environmental Network. Cuando hablaba, Liam aplaudía y cuando sus nietos se bajaron del escenario, quiso compartirles su rehilete, que giraba en el sol.
Mientras mi hijo jugaba con las nietas de Camp-Horinek, nosotros los adultos hablábamos de la curiosidad de la niñez, y me detuve a repasar las palabras que ella había compartido con la audiencia.
“Podemos preservar, proteger y cumplir con nuestras obligaciones de vivir con respeto dentro de esta maravillosa creación. Tenemos el poder y la responsibilidad de hacer un cambio,” dijo Camp-Horinek.
Es una responsibilidad que nos conecta como padres.
“Nuestro aire, nuestra comida—todo tiene que ver con nuestros hijos,” dijo Kalishia Mitchell, fundadora del grupo A Brighter Side to ASD, una asociación de apoyo con sede en el estado de Virginia para padres y familias de niños con autismo. “Necesitamos empezar desde el centro y trabajar en las soluciones.”
Mitchell y yo hablamos brevemente, después de haber agregado nuestras firmas a los llamados a nuestros legisladores para que actúen sobre el cambio climático. Ella organiza muy a menudo días de limpieza y recluta a jóvenes locales y vecinos para recoger basura alrededor de sus hogares. Asitió al evento play-in con sus dos hijas, una sobrina, los hijos de una amiga y su hijo Jequan Morgan, de 21 años, que padece de un desorden del espectro del autism (ASD, por sus siglas en inglés).
“Soy mamá de cuatro hijos,” dijo Mitchell. “He sido defensora de su educación, de su salud y los amo. Necesito luchar por mis hijos y por todos los niños. Somos madres; se supone que debemos hacerlo por todos los niños para que tengan posibilidades.”
No importa el lugar donde trabajemos o la comunidad en que vivimos, el hilo que nos une son nuestros hijos y nuestro trabajo es crucial para salvaguardar su salud y el medio ambiente.
From 2014–2016, Betsy was a bilingual press secretary on the Advocacy Communications team.