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Nos Estamos Perdiendo del 90 Por Ciento de la Historia del Oleoducto Dakota Access

La protesta del oleoducto Dakota Access es un intento necesario de proteger el agua y la cultura nativa.

Esta página fue publicada hace 7 años. Encuentre lo último sobre el trabajo de Earthjustice.

En los últimos meses, el oleoducto Dakota Access y la tribu Sioux Standing Rock que se opone a este proyecto petrolero, salieron de la anonimidad y han recibido una gran cobertura en los noticieros nacionales. Desde agosto, la prensa ha mostrado a los miles de nativos americanos que se han reunido en campamentos en Dakota del Norte para proteger tierras sagradas y el Río Missouri, la única fuente de agua que abastece a los Standing Rock. Durante ese tiempo la cobertura ha girado únicamente alrededor de los acontecimientos más dramáticos. Sin embargo, tras una visita al campamento de Sacred Stone hace dos semanas, descubrí que la percepción pública de este movimiento nativo está sesgada. Hemos omitido lo pacífico, respetuoso y solemne que es esta asamblea.

Esta percepción errónea es un serio infortunio, ya que lo que está ocurriendo en la confluencia de los ríos Missouri y Cannonball es un necesario intento de proteger el agua y la cultura nativa. No obstante puedo entender el por qué de este sesgo. Mientras me preparaba para realizar el viaje junto con una delegación de GreenLatinos—una asociación de latinos comprometidos a resolver problemas ambientales—, leí varios artículos sobre los riesgos del campamento y terminé creyéndome la falsa retórica popular. En el vuelo hacia Bismarck, la capital de Dakota del Norte, estaba sumamente nervioso. Tanto así que  busqué en Google acerca de “arrestos de la tribu Sioux Standing Rock” y otras términos similares para entender adonde podía ir o como debía actuar durante mi estadía.

Toda esta ansiedad rápidamente se evaporó cuando llegué al campamento, y vi un conjunto de tribus indígenas y sus partidarios conviviendo de la manera más cordial y serena. Descubrí entonces que estas personas no están unidas por su aberración a la humillación u atropellos. Lo que une a los miles de estos guardianes del agua es fervor y plegarias. De hecho, los líderes y ancianos tribales nos dijeron varias veces que los campamentos no son protestas; son ceremonias que se están llevando a cabo en un lugar sagrado. Asimismo, nos dijeron que ellos esperan que el comportamiento de sus hermanos y hermanas reflejen esta sagrada esencia.

Incluso cuando estábamos hablando sobre política, la tribu quería transmitir que lo importante era el carácter sagrado de sus acciones e intenciones. El respeto de la gente superaba cualquier idea de enemistad, mientras que la santimonia del lugar y la necesidad de proteger a la naturaleza inspiraban la unión y la paz. Esta visión indígena de que el aire, el agua y la tierra son sagrados me parece impresionante. Especialmente porque yo vivo en Washington, D.C., donde el discurso polarizado domina el entorno, y donde los ataques ideológicos se han vuelto desmesurados a raíz de las elecciones presidenciales. Es por ello que visitar los campamentos y entender la espiritualidad que motiva esta lucha contra las ganancias corporativas fue una experiencia que me abrió los ojos y me ofreció una lección de humildad.

Estos autoproclamados guardianes del agua están constantemente cuidándose y ayudándose unos a otros. Puede que no tengan mucho, pero están dispuestos a darlo todo. Aprendí esto no solamente al ver como cuando las temperaturas bajaban peligrosamente ofrecían suéteres y cobertores, sino también al escuchar sus relatos. Por ejemplo, una mujer que ahora es una de las muchas que preparan comida para el campamento de manera gratuita, me contó como cuando llegó al campamento no tenía nadas más que ganas de ayudar a cocinar. No tenía estufa, ni anafre, sin embargo con los donativos de la gente consiguió todo lo que necesitaba para ayudar son su cocina en cuatro días.

No he visto ninguna noticia en donde se resalte este tipo de historias. Esto es porque la paz que tanto valoramos y aspiramos a tener como nación no genera clicks. Aún así, la paz es de lo que se trata esta reunión de nativos.

En estos tiempos en que sabemos que las noticias ficticias abundan, invito a todos a que verifiquen la autenticidad de las noticias que leen. Muchos reportes dan la impresión que la lucha de la tribu Standing Rock es caótica y agitada. Pero este no es el caso. Este movimiento de solidaridad está lleno de gente que cuando se les pregunta sobre sus necesidades responden que necesitan que oremos por ellos. Orar y hacer lo que es correcto, eso es lo que nos piden los ancianos de la tribu en este momento.

Incluso con una administración presidencial poco amigable como la que se viene, estoy convencido que si nos solidarizamos con la tribu Standing Rock, hacemos que nuestras voces sean escuchadas y contactamos a nuestros funcionarios electos en el Congreso, podremos proteger el río y la tierra que tantos consideran sagrada.

Para mayores detalles sobre el litigio de la Tribu Sioux Standing Rock por el oleoducto Dakota Access, lea las actualizaciones y Preguntas Más Comunes.

As Vice President of Policy and Legislation at Earthjustice, Raúl García leads a team of advocates who work with policymakers in Congress, federal agencies, and the White House to advance some of the most consequential policy issues around climate, environmental health, and biodiversity.

Established in 1989, Earthjustice's Policy & Legislation team works with champions in Congress to craft legislation that supports and extends our legal gains.