Nuestro Primer Parque Nacional: Más Valioso Que el Oro
Las minas de la entrada de Yellowstone podrían disminuir áreas de hábitat y amenaza la comunidad local al afectar la economía de la región.
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“Para el Beneficio y Gozo de la Gente.”
Estas son las palabras inscritas en el Arco Roosevelt, visitado por millones que pasan por la entrada norte del Parque Nacional de Yellowstone cada año. El Presidente Theodore Roosevelt hizo una parada a un lado del arco en 1903 para elogiar a Yellowstone, el primer parque nacional del planeta.
Pasaría más de una década antes de la formación del Servicio de Parques Nacionales, pero el valor central de preservar y proteger las impactantes tierras silvestres para beneficio universal han sido talladas en la piedra.
Los nuevos planes para operar un par de minas de oro cerca del parque han motivado a Earthjustice a unirse a una coalición de grupos ciudadanos y aliados de mucho tiempo en una batalla para proteger a Yellowstone. Las minas causarían daño ambiental irreparable en esta maravilla natural y devastarían la economía de la región.
Si una mina de oro fuera a operar en Crevice Mountain, apenas a una milla de los límites del parque, como se planea, los vacacionistas que ahorita hacen una pausa para tomar fotos en la histórica puerta de entrada hacia el géiser Old Faithful puede que también vean equipo pesado de minería y lámparas de alumbrado al fondo. Más hacia el norte, la propuesta para una mina de oro en Emigrant Peak podría obstruir la vista desde el camino que llega hasta Paradise Valley. Los viajeros admirando la majestuosa montaña que sale de las Montañas Absaroka—un refugio para carneros salvajes, alces, osos grizzly y otras especies—podrían toparse con la destrucción causada por una mina a cielo abierto.
Pero una vista con defectos en el paisaje de sueño que es Yellowstone es apenas uno de los problemas que seguramente sucederían a raíz de este proyecto. La mina Emigrant amenaza con arrojar químicos ácidos a los tributarios del Río Yellowstone, mientras que casi 100,000 toneladas de desechos de roca con altos niveles de arsénico pudieran ser vertidos cerca del nacimiento de los tributarios. Ambos podrían afectar la trucha silvestre y otras especies acuáticas que dependen de las corrientes del agua de los ríos del parque Yellowstone donde tienen su hábitat de agua dulce y pura.
Las minas de la entrada de Yellowstone podrían disminuir áreas de hábitat para los osos grizzly que son una especie amenazada. Los grizzlies no tan sólo tendrían que huzmear en zonas de acopio de piedra que aumentarían el riesgo de encuentros fatales con los humanos debido a la construcción de caminos, pero también estarían expuestos al ruido industrial del equipo de minería y de helicópteros volando que se usan para hacer muestreo y transportar trabajadores a sitios de perforación remotos. Los biólogos han encontrado que este molesto nivel de ruido puede causar que los grizzlies abandonen sus cuevas.
Y la vida silvestre, incluyendo glotones, linces, alces y otras especies, no serían los únicos habitantes afectados por las minas. Destruír el hábitat natural para dar paso a las minas amenaza la comunidad local al afectar la economía de la región. Mantener grandes áreas de terrenos silvestres conectados es una estrategia comprobada de apoyar las actividades recreativas y una saludable economía basada en el turismo. Avanzar a toda costa en el plan de permitir la operación de una mina de oro para recibir ganancias financieras a corto plazo podría lograrse a expensas de la principal causa de crecimiento económico en la zona de Yellowstone: el paisaje intacto que atrae a millones de visitantes desde todos los rincones de la tierra y que soporta a una diversa base empresarial y una fuerza de trabajo especializada.
The tentación de extraer minerales preciosos de las montañas alrededor de Yellowstone significa que proyectos mineros a corto plazo han estado haciendo su aparición de vez en cuando. La minería floreció en la región aledaña a Yellowstone en la década de 1870 y continuó hasta los años 50s. Pero mientras que las minas estaban inactivas en las décadas siguientes a este tiempo, tres cuencas en la zona de los alrededores se mancharon de color naranja por el agua llena de ácido que fue a dar al Parque Nacional de Yellowstone.
En los últimos años de la década de los 80s, el gigante canadiense de la minería Noranda calladamente compró la mayoría de las peticiones de explotación minera existentes de las áreas que estaban chorreando agua llena de ácido. La compañía luego reveló planes para una enorme mina nueva donde iba a rociar cianuro líquido a pilas de mineral triturado para extraer oro. El Servicio de Parques Nacionales y residentes locales se horrorizaron, y un comité de las Naciones Unidas incluso designó a Yellowstone como “sitio de patrimonio mundial en peligro.”
Earthjustice presentó una demanda a nombre de Beartooth Alliance, Greater Yellowstone Coalition y otros grupos ciudadanos, en donde le piden a Noranda que limpie el deslave tóxico que se está escurriendo de las viejas minas que había comprado antes de empezar el nuevo proyecto. Fue obligada a abandonar el proyecto. (Lea la historia completa aquí).
Los amantes de los parques entienden que la única manera de preserver la belleza natural de Yellowstone es poner manos a la obra en cuanto los proyectos de minería empiecen a tomar impulso. Esa es la razón por la que Earthjustice ahora está trabajando en asociación con grupos locales y nacionales para defender nuestros parques nacionales contra las propuestas que amenacen los inmensos beneficios ambientales, sociales, culturales y económicos de la región.
En conmemoración del centenario del Servicio de Parques Nacionales, la serie 100 Years Wild celebra el valor de las tierras públicas como refugio para la vida salvaje y para la gente mientras que al mismo tiempo le echa un vistazo a las amenazas contra estos paisajes irremplazables en un mundo cambiante y cada vez más caluroso.
Based in Portland, OR, Rebecca is Earthjustice's Public Affairs and Communications Officer for lands, wildlife, and oceans.