Huracán María: Puerto Rico devastada y ‘desesperada’ porque la respuesta federal es insuficiente

Myrna Conty ha vivido tres décadas de tormentas en su natal Puerto Rico, pero nada de eso se compara con lo que vivió después de los huracanes Irma y María.

Heydee Pérez y su hijo, Yenel Calera, no han recibido ayuda alguna una semana después del huracán María.
Heydee Pérez and her son, Yenel Calera, a week after hurricane Maria hit Puerto Rico. (Carolyn Cole / Los Angeles Times via Getty Images)

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Este blog fue co-escrito por Alejandro Dávila y Keith Rushing.

Myrna Conty ha vivido tres décadas de tormentas en su natal Puerto Rico, pero nada de eso se compara con lo que vivió después de los huracanes Irma y María.

“Es como una bomba atómica. Es como una zona de guerra “, dice Conty refiriéndose a la destrucción que ha visto. “Yo viví [los huracanes] Hugo, George, Hortencia, y esto ha sido horrible. Es un desastre catastrófico, no hay ni palabras para describir …  catastrófico se queda corto.”

Conty, ambientalista y presidenta de Amigos del Río Guaynabo, dijo que la isla está en ruinas, sin electricidad, agua corriente o comunicación fiable. El combustible también se está agotando en las gasolineras. “La gente está desesperada”, dice mientras habla desde un estacionamiento, el único lugar cerca de su casa en Guaynabo, al norte de Puerto Rico, que tiene señal de celular.

Es las últimas dos semanas, desde funcionarios hasta celebridades hicieron llamamientos públicos para que el gobierno de los Estados Unidos  acelerara sustancialmente los esfuerzos de socorro. Y este fin de semana, el Presidente Donald Trump atacó a la alcaldesa de San Juan, quien ha estado trabajando sin descanso para ayudar a los residentes locales, de acuerdo con informes de prensa. Trump acusó a la alcaldesa de falta de liderazgo luego de que ella pidió desesperadamente  más ayuda federal diciendo que la gente estaba muriendo.

El presidente Trump también ha sido criticado por parecer centrarse más en una controversia en torno al fútbol profesional que la crisis de Puerto Rico. Por su parte, Trump elogió la respuesta del gobierno federal hasta ahora y twiteó sobre la “infraestructura destruida” y la “deuda masiva” de la isla como culparando a Puerto Rico por sus problemas. También excusó el ritmo de la ayuda federal, diciendo que la isla estaba en “el medio del océano”.

Pero la realidad es que la infraestructura de Puerto Rico refleja el desigual desarrollo y participación de la isla en comparación con el continente, así como su vulnerabilidad a las crisis climática. La respuesta para con Puerto Rico en esta momento de necesidad plantea preocupaciones más amplias sobre si los Estados Unidos y las naciones más ricas responderán a las necesidades de las comunidades más pobres y más vulnerables que han, a su vez, contribuido mucho menos al cambio climático que empeora día a día.

Puerto Rico tiene mucho menos poder político que Florida y Texas, estados que tienen 60 representantes del Congreso y que pueden empujar al gobierno federal a ayudar a sus recuperaciones de los huracanes Irma y Harvey. Pero Puerto Rico – un territorio no incorporado que los Estados Unidos tomó de España durante la guerra de 1898 – sólo tiene un “comisionado residente” en el Congreso que no puede emitir votos.

Como señala un artículo de Inside Climate News, los puertorriqueños utilizan un tercio de la cantidad de energía per cápita y emiten menos de la mitad del dióxido de carbono que el resto de Estados Unidos. menos ingresos. Casi la mitad de Puerto Rico vive por debajo de la línea de pobreza, lo cual hace a sus residentes particularmente vulnerables a la multitud de desastres naturales que el cambio climático agudiza. No obstante, el gobierno federal bajo la administración de Trump ha preferido omitir los riesgos del cambio climático.

“Hago un llamado al presidente Donald Trump para que ponga [su cabeza en orden]. El cambio climático es real “, dice Conty. “Los huracanes se han vuelto más intensos”.  Puerto Rico no había sido golpeado por un huracán de Categoría 4 o 5 desde 1928, pero ahora ha sido golpeado por dos huracanes de este calibre en menos de un mes.

Como resultado casi toda la isla de 3,4 millones de personas está sin electricidad, un 60 por ciento no tiene agua y el 80 por ciento de las cosechas se perdieron en el desastre. Viviendas en toda la isla han sufrido destrozos, al igual que caminos y puentes. Mientras tanto, comunidades remotas no han podido ser sondeadas por el gobierno, barrios completos están bajo el agua y los suministros médicos y de alimentos se están agotando.

La representante del Congreso, Nydia Velázquez (D-N.Y.), que es puertorriqueña, se ha unido a otros legisladores para pedir a Trump que ofrezca el mismo nivel de apoyo federal que se ofreció a Texas y Florida después del huracán Harvey e Irma.

Los puertorriqueños generalmente tienen que pagar el doble por los bienes comerciales debido a una ley llamada Ley Jones, la cual requiere que sólo los buques con bandera estadounidense transporten mercancías a los puertos del país.

El martes, Velazquez se unió al senador John McCain (R-AZ) al pedir que se ignore la Ley Jones, tal como sucedió en Florida y Texas, para acelerar la entrega de alimentos, medicinas, ropa y materiales de construcción. El miércoles, el Departamento de Seguridad Nacional, accedió a la petición, pero sólo por un período de 10 días.

“Legisladores [se han unido] para pedir a Trump que ofrezca el mismo nivel de apoyo federal que se ofreció a Texas y Florida después del huracán Harvey e Irma”.

Velázquez, quien fue a Puerto Rico después de la tormenta para presenciar la devastación, dijo a NPR: “Este es un Puerto Rico que no reconocí: las inundaciones, las calles, las casas bajo el agua, la gente pidiendo agua, áreas muy difíciles de alcanzar “.

Velázquez fue incapaz de comunicarse con su familia en la isla por días. Finalmente pudo hablar con una hermana hace a comienzos de semana. Según Velázquez, la respuesta federal no ha sido proporcional a la profundidad de la crisis. Ella predice una migración masiva a los Estados Unidos dado que los puertorriqueños buscarán escapar de las condiciones de vida y sentirse ciudadanos de segunda clase.

Por su parte, Conty dice que la recuperación será un proceso lento y tediosos. “Con [el huracán] George estuvimos un mes entero sin agua ni luz. Esta vez creo que serán seis meses, aunque seis meses es lo rápido “.

Además de la recuperación, Conty también está preocupada por los problemas ambientales que Puerto Rico podría enfrentar en los próximos meses. (Myrna Conty ha estado trabajando con Earthjustice durante años para resistir un incinerador propuesto para Arecibo, P.R., que aumentaría la contaminación del aire).

Hay cenizas de carbón en el sur que pueden necesitar atención después de las inundaciones, dice Conty, agregando que los ríos en toda la isla están trayendo consigo desechos y otras formas de contaminación. “Estamos en riesgo de numerosos problemas de salud”, dice. “La basura es un problema. Necesitamos reducir y reutilizar, eso es crucial ahora “.

Aunque la isla está viviendo el desastre natural más grande que ha visto en casi un siglo, Conty observa una resiliencia impresionante en la gente. “Estamos contentos de estar vivos. Extraños están ayudando a extraños”, dice. Las comunidades por su cuenta salen “a la calle a recortar árboles [caídos] y abrir caminos. Los niños están jugando en las calles, no están pegados a la televisión. Hay cosas positivas”.

Para obtener más información sobre cómo puede ayudar a Puerto Rico y otras comunidades afectadas por recientes desastres naturales, haga clic aquí y aquí.

Alejandro is a public affairs and communications officer at Earthjustice. His work is focused on healthy communities issues.