Desde el momento de su posesión, la administración Biden prometió priorizar la justicia ambiental, defender la protección de las comunidades que más han sufrido la contaminación industrial, y abordar la intoxicación (o envenenamiento) por plomo y sus daños irreversibles. Conforme nos acercamos a la tercera Semana Nacional de Prevención del Envenenamiento por Plomo, que celebra esta presidencia del 22 al 28 de octubre, nos encontramos en una etapa crucial. Durante mucho tiempo, hemos sido testigo de administraciones que prometieron resolver esta crisis que aqueja a nuestros hijos, para luego abandonar la Casa Blanca con tareas pendientes.

Dicho esto, ¿cómo le ha ido a la Agencia de Protección Ambiental de Biden en ese sentido? Ciertamente, la EPA ha logrado avances significativos bajo la administración Biden. Sin embargo, como se espera que para 2030 más del 43% de la población estadounidense haya reportado plomo en la sangre desde una temprana edad, hay mucho por hacer y el tiempo es apremiante.

A principios de 2022, Earthjustice emitió comentarios sobre El Borrador de Estrategia de La EPA Para Reducir Las Exposiciones Y Disparidades al Plomo, identificando más de una docena de acciones a corto plazo exigidas por plazos, órdenes judiciales y acuerdos, en su gran mayoría litigios de nuestra organización. Alinear estas reglas sobre el plomo con las leyes vigentes podría revolucionar las protecciones ambientales federales contra la exposición al plomo, de acuerdo con nuestras observaciones.

Las oportunidades que señalamos incluyen:

• Fortalecimiento de la Norma de Plomo y Cobre que regula el plomo en los sistemas de agua potable.
• Completar una determinación sobre el peligro que representa el combustible de aviación con plomo y la prohibición de su uso.
• Actualizar las normas sobre el peligro del plomo en el polvo, la tierra y la pintura en residencias y guarderías.
• Fortalecer las normas sobre tóxicos del aire para todas las fuentes industriales que emiten plomo, incluyendo los fabricantes de acero, las fundiciones secundarias de plomo (instalaciones que reciclan plomo) y los incineradores de desechos municipales.

Desde entonces, la EPA ha alcanzado avances notables, como proponer una investigación conocida como “endangerment finding” en inglés, la cual ayuda a determinar el riesgo relacionado al combustible de aviación con plomo. Otros logros de la EPA incluyen el endurecimiento de los estándares de peligro para el plomo en el polvo y la pintura, además de asumir un compromiso de revisar las problemáticas actualizaciones de la regla sobre plomo y cobre durante la era Trump. Si bien estas acciones aún no se han completado, poseen el potencial de reducir significativamente el plomo en el aire y enfrentar las principales fuentes de envenenamiento de este elemento químico que se encuentran en el polvo, la pintura y el agua potable, la cual afecta millones de niños y familias cada año.

No obstante, hay espacio para mejorar. Las recientes normas propuestas por la EPA sobre las emisiones tóxicas de las acerías — principales contaminadoras de plomo — no llegan a proporcionar límites adecuados a las emisiones de plomo. Esta carencia representa un alto riesgo para las comunidades circundantes y afecta desproporcionadamente a poblaciones afroestadounidenses y trabajadores. Asimismo, Earthjustice se vio obligada a demandar a la EPA a principios de este año por sus retrasadas actualizaciones respecto a las emisiones tóxicas de los incineradores municipales. Si bien la EPA ha acordado concretar nuevos estándares de emisiones para finales del próximo año, la industria de la incineración busca socavar estos compromisos, en tanto que algunos legisladores desean obstruir las acciones de la EPA sobre el combustible de aviación con plomo.

El envenenamiento por plomo se puede prevenir. Cuando resta poco más de un año para que este mandato presidencial concluya, la EPA bajo la administración Biden tiene la oportunidad de llevar a cabo su trabajo y materializar estas reglas vitales. De esta manera, frenará la contaminación por plomo, brindará a los niños mayor protección contra daños al cerebro y al sistema nervioso, y mantendrá la promesa de la administración de salvaguardar a millones de niños y comunidades vulnerables de los peligros de la exposición al plomo. Este es el momento de actuar.