Grupos demandan a Trump luego de que ordenara guillotinar ilegalmente el Monumento Nacional Bears Ears

El abuso de autoridad del presidente deja sin protecciones a un invaluable patrimonio cultural y natural de toda la nación

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Alejandro Dávila, Earthjustice, (202) 745-5229 or (760) 595-3518

Días después de que el presidente Donald Trump proclamara el destajo del Monumento Nacional Bears Ears en el sur de Utah, organizaciones ambientalistas presentaron una demanda atacando la orden como un abuso de poder presidencial. Siguiendo la ruta de tribus nativas americanas, que ya han demandado al presidente, Earthjustice está representando a nueve organizaciones que acusan al presidente de violar la Ley de Antigüedades de 1906 y la Constitución de los Estados Unidos al desmembrar el monumento. 

Este acto sin precedentes dejaría a sitios arqueológicos únicos en el mundo e inmensas extensiones de tierras sin protección contra el saqueo, la prospección, la extracción de petróleo, gas y uranio, o el daño ocasionado por vehículos todoterreno. Bears Ears fue mutilada por más de 1 millón de acres (más de 400 mil hectáreas). El Natural Resources Defense Council y Southern Utah Wilderness Alliance son co-demandantes en el caso, ambos representados por abogados de sus respectivas organizaciones.

“Casi tres millones de estadounidenses apoyaron los monumentos nacionales durante la revisión que hizo Trump. Sin embargo ha optado por ignorar tanto al pueblo estadounidense como a la ley, solo para atender a las industrias extractivas que destriparán nuestras maravillas naturales”, dijo Heidi McIntosh, directora de abogados en la oficina de Earthjustice en Rocky Mountain. “Nos solidarizamos con las tribus nativas para defender el Monumento Nacional Bears Ears de este desvergonzado ataque”.

La autoridad del presidente para nombrar monumentos nacionales es delegada por el Congreso bajo la Ley de Antigüedades, por ello cada proclamación tiene fuerza de ley y no puede ser revocada por presidentes posteriores. El Presidente Trump no tiene la autoridad para redefinir un monumento nacional que le pertenece a todos los estadounidenses.

Hogar de antiguos pueblos sobre acantilados, sagrados sitios tribales y fauna icónica, Bears Ears es un tesoro nacional. Sus mesetas, acantilados y cañones conservan más de 100,000 sitios arqueológicos y culturales de hasta 14,000 años de antigüedad. Para garantizar su protección frente al saqueo, la minería y otras amenazas, las tribus Hopi, Navajo, Ute, Ute de la Montaña y el Pueblo Zuni formaron una coalición histórica, abogando exitosamente la protección nacional del monumento.

“Cinco tribus nativas se unieron como nunca para proteger el Monumento Nacional Bears Ears”, dijo Bill Hedden, director ejecutivo del Fondo del Gran Cañón. “Toda esta zona fue peleada durante 80 años para ser nombrada monumento nacional. La decisión del Presidente Trump para destajarla tras una revisión apresurada deshonra no solo su herencia, sino también nuestra herencia compartida como estadounidenses”.

El Presidente Obama designó el Monumento Nacional Bears Ears el 28 de diciembre de 2016 a través de la Ley de Antigüedades, utilizada desde Theodore Roosevelt por 16 presidentes para proteger los paisajes y patrimonios culturales más preciados de nuestra nación. El Congreso promulgó la ley en 1906, otorgándole autoridad al presidente para nombrar como monumento nacionales a ciertas tierras federales para proteger sus características naturales, culturales, históricas o científicas significativas. Sin embargo, dicha ley no le otorga al Presidente la autoridad para alterar las designaciones que le preceden, algo que solo el Congreso puede hacer.

“El Presidente tiene la autoridad indiscutible de nombrar monumentos nacionales, y un monumento como Bears Ears muestra por qué hay que respetar esta ley”, dijo la consejera principal de Wilderness Society, Nada Culver. “Lucharemos para asegurarnos de que tanto la ley como este lugar sean protegidos”.

“Si el Monumento Nacional Bears Ears es anulado, el Presidente Trump pasará a ser recordado del lado equivocado de la historia”, dijo Stephen Bloch, director legal de Southern Utah Wilderness Alliance. “Las tierras federales públicas y los recursos culturales dentro de Bears Ears son tesoros de clase mundial que exigen el más alto nivel de protección y respeto. El desconcertante ataque del Presidente Trump a Bears Ears, el primero de cualquier Presidente en los 111 años de la Ley de Antigüedades, pone a estas tierras y recursos en un peligro inmediato de destrucción, y no puede ser tolerado”.

Los miles de sitios arqueológicos en Bears Ears necesitan protección urgente contra el saqueo y la profanación. Tan solo en 2016, se documentaron no menos de seis casos graves de saqueo. Además, sus maravillosas tierras están siendo amenazadas por la inminente perforación y extracción de uranio, petróleo y gas.

“La decisión administrativa de quitarle protecciones a nuestras amadas tierras públicas nacionales vulnera a Bears Ears contra los desarrollos de petróleo y gas, así como del saqueo de recursos culturales invaluables para las culturas originarias”, dijo Theresa Pierno, presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Conservación de Parques Nacionales. “Bears Ears protege y enlaza el paisaje del parque nacional que lo rodea, incluyendo el Área Nacional de Recreación Glen Canyon, el Monumento Nacional Natural Bridges y el Parque Nacional Canyonlands. Este sitio merece ser un monumento nacional tanto como el Gran Cañón y Muir Woods, y lo sigue siendo. Cualquier intento de reducir sus protecciones es una traición al pueblo estadounidense y a los más de 2.8 millones de voces ciudadanas que exhortaron a que estos increíbles sitios permanezcan protegidos tal y como están. No podemos ni permitiremos que nada malo le suceda”.

Dominado por dos mesetas a miles de pies del suelo que le dan su nombre, el Monumento Nacional Bears Ears, es hogar de osos, pumas y borregos cimarrón; y continúa siendo sitio de peregrinación, oración, ceremonias y curación, todos vitales para mantener la cultura y religión de comunidades nativas viva y para sostener sus vínculos sagrados con estas tierras.

“Anular las protecciones esenciales para monumentos a Bears Ears es un insulto para todas las personas del país que aman y se preocupan por nuestras tierras públicas, y es una amenaza para todos los lugares significativos que queremos dejar como legado a nuestros hijos”, dijo Michael Brune, director ejecutivo del Sierra Club.

“La orden ejecutiva del Presidente Trump ignora una vez más la voluntad del pueblo estadounidense y el valor que Bears Ears tiene para nativos americanos, comunidades locales y la vida silvestre”, dijo Jamie Rappaport Clark, presidente y director ejecutivo de Defenders of Wildlife. “Bears Ears es hogar de una gran diversidad de plantas, alces, cimarrones y 15 especies de murciélagos; y, sin embargo, la administración Trump prefiere verlo reducido y rodeado de pozos de petróleo y gas antes que protegerlo para la posteridad”.

“Algunos de los parques nacionales más queridos en Estados Unidos, como el Gran Cañón, Olympic y Grand Teton, comenzaron como monumentos nacionales designados en medio de intensas controversias locales”, dijo Erik Molvar, director ejecutivo del Western Watersheds Project. “En unos años, si nuestra demanda es exitosa, Bears Ears será famoso y atesorado, mientras sus oponentes se verán tan tontos y miopes como aquellos que se opusieron a la designación del Gran Cañón”.

“La administración Trump ha cruzado un límite al atacar la autoridad de un Presidente anterior para declarar un monumento nacional”, dijo Shelley Silbert, directora ejecutiva de Great Old Broads for Wilderness. “El Presidente Trump carece de autoridad legal para eliminar por decreto la protección de cualquier fracción de Bears Ears para el disfrute y uso de generaciones futuras, y estamos listas para luchar contra esto en tribunales”.

“Los lugares sagrados y los tesoros arqueológicos de Bears Ears serán devastados si permitimos que se mantenga el decreto de Trump”, dijo Randi Spivak, director del programa de tierras públicas del Center for Biological Diversity. “Hemos visto los desechos y escombro que deja la minería tóxica, la perforación y el fracking. Y Trump quiere aumentarlo. Es intolerable y no podemos permitirlo”.

“Es repugnante que el Presidente priorice los intereses financieros de la industria de combustibles fósiles sobre la protección de este increíble y delicado paisaje que es de todos los estadounidenses”, dijo Chris Krupp, Guardian de Tierras Públicas para WildEarth Guardians. “El Presidente mantuvo un rostro serio en la ceremonia de firmas, cuando mencionó aumentar el acceso público, pero su única preocupación era el acceso sin restricciones de la industria a los recursos de Bears Ears”.

“El Presidente Trump excedió su autoridad de manera insultante en este vergonzoso intento de entregar tierras sagradas a intereses comerciales privados”, dijo Rhea Suh, presidente del Natural Resources Defense Council. “Su orden no es solo ilegal, es una seria afrenta para cada estadounidense que valore las maravillas naturales de nuestro país. Este paisaje, con petroglifos, pueblos de piedra y esplendor natural puro, ha sido el hogar y tierra natal de pueblos indígenas por miles de años. Nos entusiasma saber que lucharemos en las cortes para proteger estos tesoros históricos, naturales y culturales que confiamos a nuestras generaciones futuras”.

Sobre la demanda:

Earthjustice representa nueve grupos que disputan la acción ilegal del Presidente Trump: The Wilderness Society, National Parks Conservation Association, Sierra Club, Grand Canyon Trust, Defenders of Wildlife, Great Old Broads for Wilderness, Western Watersheds Project, WildEarth Guardians, y Center for Biological Diversity. El Consejo de Defensa de los Recursos Naturales y Southern Utah Wilderness Alliance son co-demandantes en el caso, representados por abogados de esas organizaciones.

Recursos para reporteros:

Sobre la Ley de Antigüedades:

Cuando el Presidente Theodore Roosevelt firmó la Ley de antigüedades en 1906, estableció un marco legal para proteger los tesoros nacionales. La ley otorga a los presidentes la capacidad de designar monumentos en tierras y aguas federales, la cual, con la aprobación del Congreso, ha protegido paisajes de extraordinario valor cultural, científico y ecológico por más de un siglo.

La Ley de Antigüedades ha sido utilizada más de 150 veces por Presidentes de ambos partidos.

Todos los presidentes desde 1906, a excepción de Richard Nixon, Ronald Reagan y George H.W. Bush, han utilizado la Ley de Antigüedades para proteger lugares icónicos y sitios de patrimonio cultural, como Stonewall y Birmingham, hasta la casa de la familia de César Chávez, los cuales cuentan una historia más completa de nuestro país.

El Servicio de Investigación del Congreso ha declarado que la Ley de Antigüedades no autoriza al Presidente a derogar designaciones de monumentos nacionales. Solo el Congreso tiene esa autoridad. Numerosos académicos en derecho han llegado a la misma conclusión.

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Valley of the Gods, Bears Ears National Monument.
Valley of the Gods, Bears Ears National Monument. (Bob Wick / BLM)

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