Injustificable Mantener Clorpirifós en Alimentos

Seattle, WA —

Hoy, Earthjustice publicó un reporte sobre el uso generalizado de clorpirifós en Estados Unidos y cómo es a través del agua potable, los alimentos y el aire que la población está expuesta a este químico que afecta el desarrollo neurológico. El informe documenta ubicación y cantidad de uso de clorpirifós en Estados Unidos, así como efectos peligrosos a la salud de fetos e infantes.

Puntos clave del informe:

• Estados Unidos usó más de 5.6 millones de libras (300 mil toneladas) de clorpirifós en agricultura en 2017, de acuerdo a la más reciente data gubernamental.
• Latinx, quienes son más propensos a vivir y trabajar cerca de campos agrícolas con clorpirifós, tienen una exposición peligrosamente alta y un riesgo elevado de sufrir daños.
• California, Minnesota, Dakota del Norte y Kansas utilizaron la mayor cantidad de clorpirifós. De los 10 condados que más lo utilizaron, cuatro están en California y cinco en Dakota del Norte. Si bien California ha prohibido la mayoría de usos del clorpirifós, no puede evitar que alimentos contaminados con clorpirifós ingresen al estado.
• El clorpirifós se permite en 48 productos alimenticios, incluidas frutas, verduras, carnes y derivados. Aquellos con los niveles permitidos más altos de clorpirifós son la remolacha azucarera, el maíz y los cítricos.
• A causa del clorpirifós, niños de entre uno y dos años tienen mayor riesgo de sufrir malformaciones en su desarrollo neurológico, así como problemas de aprendizaje; en su dieta tienen exposiciones por más de 140 veces los niveles que establece EPA para evitar daño cerebral.
• Según la EPA el agua potable a nivel nacional puede estar contaminada con niveles peligrosos de clorpirifós. Las estimaciones menos favorables apuntan a que, en las zonas con más contaminación por clorpirifós, los niveles llegan a estar a más de 12,000 veces lo debido.

Earthjustice accesó y revisó evaluaciones sobre factores de riesgo a la salud humana de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y data sobre el uso de pesticidas agrícolas del Servicio Geológico Nacional (USGS, por sus siglas en inglés). La base de datos que Earthjustice creó incluye información sobre otros 16 tipos de organofosforados, y está disponible en earthjustice.org/organophosphates. La base de datos incluye los cultivos que utilizan clorpirifós, alimentos con altos niveles de organofosforados, enlaces a evaluaciones de riesgo para la salud y una breve historia de su normativa. Este es el primer documento que incorpora evaluaciones de riesgo de organofosforados con información en mapas de la USGS.

“Estos datos muestran sin lugar a duda que las personas, y todavía más alarmante: los niños, están expuestos a niveles peligrosos de clorpirifós en sus alimentos y agua”, dijo Rashmi Joglekar, científico de Earthjustice para Comunidades Saludables. “Durante años EPA ha contado con evidencia de que el clorpirifós puede provocar daños irreversibles en el desarrollo neurológico de niños; la única opción ética de la agencia es prohibir el pesticida para todos los usos alimentarios de inmediato”.

En abril, después de años de litigio liderado por Earthjustice y clientes, un tribunal le ordenó a EPA prohibir todos los usos alimentarios del clorpirifós o mantener sólo aquellos usos que considere seguros para los trabajadores y los niños. Según la orden judicial, la EPA debe finalizar su normativa previa el 20 de agosto de 2021. Si bien la única acción legal y científicamente creíble que podría tomar la agencia sería prohibir el clorpirifós en todas las frutas y verduras, no está claro si lo hará.

“Durante años, EPA no ha querido proteger a la niñez de problemas de aprendizaje y ha mantenido el clorpirifós en el mercado, en nuestros alimentos y en nuestra agua”, dijo Patti Goldman, abogada de Earthjustice que ha estado a cargo del litigio del clorpirifós. “Un tribunal le ha dicho a EPA, una vez más, que prohíba el pesticida. Es hora de que la EPA deje de sucumbir a la presión de la industria y comience a proteger a los niños, los trabajadores agrícolas y sus familias”.

Informes recientes de The Intercept muestran que durante años las compañías químicas como Dow han engañado y persuadido a la EPA para que se apoye en estudios de bajo rigor científico y mantenga pesticidas dañinos, incluido el clorpirifós, en el mercado. Probablemente estas formas de cabildeo están en curso a medida que se acerca la fecha límite de la corte.