Grupos de Interés Público y Agricultores Presentan Demanda Contra Pesticidas Tóxicos de Monsanto

Aprobación ilegal del uso de dicamba en cultivos transgénicos perjudicará a los agricultores y al medio ambiente

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Alejandro Dávila Fragoso, Bilingual Press Secretary, (202) 745-5229

Grupos de agricultores y de conservación presentaron una demanda federal el viernes donde impugnan la aprobación de uso que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) otorgó al nuevo pesticida de Monsanto llamado “XtendiMax”. La decisión de la EPA permite incrementar el uso de este tóxico pesticida por un factor de diez, aumentando así el riesgo de daño para los agricultores, la salud de la comunidad, y el medio ambiente.

“Los reguladores federales han abandonado los intereses de los agricultores, del medio ambiente y de la salud pública,” dijo George Kimbrell, del Centro para la Seguridad Alimentaria y abogado en este caso. “No permitiremos que nuestra comida sea convertida en una pesadilla llena de pesticidas–no sin una lucha a muerte.”  

La autorización de esta nueva version del pesticida dicamba, permite el rociar directamente cultivos transgénicos de soya y algodón de Monsanto que ya son resistentes al dicamba. Dado que estos mismos cultivos son genéticamente modificados para resistir aplicaciones de Roundup de Monsanto, el uso excesivo de ese pesticida que también contiene el ingrediente activo glifosato seguirá de manera excesiva.

A dicamba se le relaciona con tasas más altas de cáncer y defectos congénitos entre la población campesina, mientras que el glifosato fue recientemente clasificado como un “probable cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud. Los agricultores están extremadamente alarmados por la propensidad de dicamba de esparcirse y dañar los cultivos vecinos, mientras que los ambientalistas se sienten consternados por los impactos a la biodiversidad. El rocío de dicamba amenaza a las plantas que producen néctar para los polinizadores y hábitat para animales, y se le detecta frecuentemente en aguas superficiales. 

“Las plantaciones de Roundup Ready de Monsanto crearon un desastre en el medio ambiente al causar una infestación de decenas de millones de acres de tierras de cultivo con sus hierbas que ahora son resistentes al herbicida y están causando un incremento enorme en el uso de pesticidas,” dijo el abogado de Earthjustice Paul Achitoff. “Sembrar más cultivos transgénicos y rociarlos con más químicos nocivos no es la respuesta. La Agencia Federal de Protección al Medio Ambiente debería estar protegiendo la salud y el medio ambiente, no las ganancias de Monsanto.”  

Los agricultores de 10 estados ya reportaron que una fumigación de dicamba mucho más confinada, sobre los nuevos cultivos de Monsanto que ya son resistentes a dicamba, ha causado daño extenso a miles de acres de sus plantaciones. Y el otoño pasado, una disputa sobre el rocío de dicamba entre un agricultor de Arkansas y otro de Missouri resultó en la muerte a balazos de uno de ellos.

“El sistema de cultivo resistente a dicamba de Monsanto incrementará las ventas de este obsoleto pesticida, estimulará la aparición de más supermalezas y perjudicará a cultivos vulnerables. La solución de Monsanto es cara, inadecuada e imprudente. Si la administración de Trump quiere servir a los agricultores, invertirá en soluciones saludables y duraderas para las necesidades de los agricultores, y no en servir la avaricia de las empresas,” dijo Marcia Ishii-Eiteman, científico principal de PAN.

La increíble alza en la fumigación con dicamba va a resultar en la aparición de resistencia contra dicamba entre las hierbas, de la misma manera que el uso masivo de Roundup en la primera generación de cultivos transgénicos creó una epidemia de plagas inmunes al glifosato. Mientras que Monsanto trata de pasar sus nuevos cultivos de dicamba como una solución a los problemas de maleza con resistencia que su propio sistema de Roundup Ready creó, muchos científicos, e incluso el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, están pronosticando lo contrario: la rápida aparición de más supermalezas, resistentes a ambos herbicidas. La evidencia en el terreno ya indica que el débil “plan de manejo” de resistencia de la maleza empeorará el problema incluso más, en primer lugar porque carece de límites para el uso de dicamba, y porque depende primordialmente en Monsanto para su implementación y vigilancia.

Margot McMillen, representante de la junta directiva de NFFC y agricultora de cultivos orgánicos en Missouri: “Todo el sistema de manipulación genética amenaza la salud de plantas y animales. A raíz de la polinización cruzada, los genomas originales de las hierbas silvestres que no han sido modificadas genéticamente están desapareciendo rápidamente, mientras que la lucha contra las hierbas requiere químicos cada vez más y más potentes. Estos nuevos cultivos y sus consecuentes resultados imprevistos hubieran podido evitarse, pero la alternativa segura y saludable que la agricultura sustentable y orgánica ofreció ha sido ignorada.” 

A pesar de admitir los riesgos significativos para docenas de especies amenazadas, la EPA se niega a consultar con los expertos de la agencia federal que está a cargo de las especies amenazadas: el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos. 

“Una vez más, la EPA está permitiendo aumentos alarmantes en el uso de pesticidas que indudablemente dañarán la flora y fauna más amenazada de nuestra nación,” dijo Nathan Donley, un científico con el Centro por la Diversidad Biológica. “Se sabe que especies emblemáticas como la grulla trompetera visitan los plantíos de soya, y ahora estarían expuestas a este herbicida tóxico a niveles que nunca se ha visto antes.”

Las organizaciones que presentaron la demanda son: National Family Farm Coalition, Pesticide Action Network, Center for Food Safety, y Center for Biological Diversity, que están siendo representados conjuntamente por los abogados de Earthjustice y Center for Food Safety.

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