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Limpien las Cenizas Tóxicas de Carbón

En Carolina del Norte, un río envenenado con arsénico. En Nevada, un pueblo en el desierto cubierto en cenizas tóxicas. En Virginia Occidental, desechos apestosos burbujean de la tierra. Alguna vez pensamos que estos problemas no estaban relacionados hasta que:

En el Condado de Roane, Tennessee, la comunidad todavía no sabe la magnitud del desastre al cual se enfrentan después de un derrame de cenizas tóxicas de carbón que han cubierto barrios enteros y han obstruido ríos locales. Millones de toneladas de cenizas tóxicas se derramaron cuando un dique se rompió en una planta de carbón. Lo que hay en ese lodo tóxico y sus posibles efectos en la salud a la larga es lo que más preocupa esta noche.

Cada año, las centrales eléctricas producen 140 millones de toneladas de cenizas de carbón. Con estas se podría llenar un tren desde el Polo Norte hasta el Polo Sur. Estas cenizas contienen arsénico, mercurio y plomo que pueden causar el cáncer y problemas de desarrollo.

Envenena a los peces y a la vida silvestre en ríos y lagos. Arrojan las cenizas en basureros descubiertos o en diques que gotean sustancias químicas. Envenenan el aire y destruyen el agua. Y las corporaciones que nos contaminan dicen que limpiar este desastre tóxico perjudicaría sus ganancias. Pero en el 2008, cuando el dique se rompió, algo cambió. Cerca de medio millón de personas exigieron a la EPA por mayor protección. Miles de ciudadanos participaron en reuniones públicas. A nivel nacional y local, grupos ambientalistas y de salud pública se involucraron. Esto puso a la industria del carbón cara a cara con las personas a las que están lastimando. Esas personas son América y América habló con una sola voz: “Limpien las cenizas tóxicas de carbón!”

Desde entonces, cinco años han pasado y todavía no hay protecciones federales. Ahora, algunos senadores quieren aprobar una ley que evitará la regulación de las cenizas de carbón por la EPA. Ellos quieren ignorar el desastre en Tennessee y evitar fechas para limpiar esta basura tóxica a través de los Estados Unidos. Pero no podemos dejar que el dinero de los que nos contaminan triunfe sobre la salud pública.