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Plan de ‘rescate’ para lobo gris mexicano amenaza más a esta especie en peligro de extinción

En su ensayo “Pensando como montaña”, el legendario conservacionista Aldo Leopold describe una época en su juventud donde era impensable “dejar pasar la oportunidad de matar a un lobo". Sin embargo, cuando se enfrentó al "implacable fuego verde” de los ojos de uno de estos animales a punto de morir, dicha filosofía se llenó de

Dos lobos grises mexicanos (Canis lupus baileyi) observan atentos desde una colina nevada.
Dos lobos grises mexicanos (Canis lupus baileyi) observan atentos desde una colina nevada. (Glenn Nagel / Getty Images)

Esta página fue publicada hace 6 años. Encuentre lo último sobre el trabajo de Earthjustice.

En su ensayo “Pensando como montaña”, el legendario conservacionista Aldo Leopold describe una época en su juventud donde era impensable “dejar pasar la oportunidad de matar a un lobo”. Sin embargo, cuando se enfrentó al “implacable fuego verde” de los ojos de uno de estos animales a punto de morir, dicha filosofía se llenó de dudas.

La Ley para Especies Amenazadas (ESA, por sus siglas en inglés) ha sido fundamental para salvaguardar a los protagonistas del ensayo de Leopold —“Lobos grises mexicanos. Los indomables de la tradición Southwestern”— de su propia extinción. Debido a la caza humana, los lobos grises apenas sobrevivieron la mitad del siglo XX. De hecho, toda la población de lobos grises mexicanos hoy día desciende de sólo siete individuos, capturados y colocados en un programa de crianza en cautiverio poco antes de que la especie desapareciera de su hábitat natural.

El lobo gris mexicano sigue siendo uno de los mamíferos más amenazados de Norteamérica.

Tras casi 30 años de ausencia, en 1998, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (FWS) liberó 11 lobos grises en cautiverio en el Blue Range, de Arizona y Nuevo México. Pero los esfuerzos para reestablecer esta especie en su hábitat natural fracasaron, en gran parte por falta de un plan eficaz de recuperación y rescate, pero también por cierta oposición local a estos esfuerzos. Así, el lobo gris mexicano sigue siendo uno de los mamíferos más amenazados de Norteamérica.

En un esfuerzo por cambiar las aguas, conservacionistas encabezados por Earthjustice presentaron una demanda a la FWS, forzándola a implementar un plan de recuperación y rescate especial para el lobo gris. Desgraciadamente, el Plan de Recuperación de Proyectos, emitido a finales del mes pasado por el FWS, está plagado de limitantes que dificultan el proceso o directamente impiden el rescate del lobo.

Pero todavía tenemos tiempo. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre puede rectificar sus decisiones y podemos influir en su proceso. La agencia está aceptando comentarios del público sobre el Proyecto de Plan de Recuperación hasta el 29 de agosto de 2017, los cuales pueden presentarse por escrito o en persona en una serie de reuniones públicas.

Tomé Acción: Dígale al Departamento del Interior y al Servicio de Pesca y Vida Silvestre que salve al Lobo Gris Mexicano.

Algunas fallas en el proyecto de rescate:

  • Pocos lobos y poco espacio: El plan requiere establecer dos poblaciones de lobos aisladas, una en la zona de rescate estadounidense y otra en la mexicana. Sin embargo, esto va en contra de recomendaciones científicas revisadas, las cuales requieren por lo menos tres poblaciones interconectadas de lobos que se extiendan hacia el norte de Arizona y Nuevo México y al sur de Utah y Colorado.
  • El rescate depende mucho de México: El rescate del lobo mexicano bajo este proyecto depende en gran medida de los exitosos esfuerzos de su reinserción en México, a pesar de la falta de hábitat apropiado para lobos allí.
  • Amenazas genéticas: El FWS reconoce los numerosos desafíos genéticos que enfrenta el lobo mexicano como resultado de su pequeño número de fundadores. Encima de esto, el programa considera la degradación genética de las poblaciones cautivas y silvestres que ya ha ocurrido, y exacerba el problema cuando permite una erosión genética adicional.
  • Reinserciones limitadas: Dado el grave estado genético de la población silvestre de lobos mexicanos, es fundamental que la agencia libere a individuos cautivos en su hábitat para enriquecer la reserva genética. Si bien el FWS reconoce esto, también afirma que el crecimiento de la población será impulsado principalmente por la reproducción natural, en lugar de las emisiones. Esta dependencia en la reproducción natural —que ocurrirá entre individuos cada vez más relacionadas (como hermanos)—  agravará los desafíos genéticos existentes y dificultará la recuperación.
  • Depender de diferentes estados para coordinar reinserciones: El rescate del lobo mexicano requiere meticulosas reinserciones de lobos cautivos para infundir a la población silvestre una diversidad genética adecuada. Sin embargo, en lugar de desarrollar un programa de reinserción informada, este proyecto le cede el control total de las reinserciones a los estados de Arizona, Nuevo México y al gobierno mexicano. Esto es extremadamente problemático, pues dichos estados han sido activamente hostiles a la recuperación y rescate del lobo mexicano. Nuevo México incluso presentó una demanda para evitar las reinserciones.

Sin un plan de rescate basado en lo científico, desgraciadamente, es probable que esta majestuosa especie de lobo se enfrente a su destino. Si informamos al FWS dónde flaquea su plan de “recuperación y rescate” podemos alentar a la agencia a mejorarlo y asegurarnos de que, en las palabras de Leopold, el “grito profundo y orgulloso” del lobo vuelva a “resonar de piedra en piedra, ruede montaña abajo y se desvanezca en la lejana oscuridad de la noche”.

El período para comentarios del público es hasta el 29 de Agosto de este año.

Los comentarios pueden enviarse electrónicamente o en papel a: Public Comments Processing, Attn: FWS-R4-ES-2017-0036, U.S. Fish and Wildlife Service, MS: BPHC, 5275 Leesburg Pike, Falls Church, VA 22041-3803.

An Ohio native, Kristin first ventured out West for college—and fell in love with the mountains, wildlife, and sense of wonder instilled by western landscapes. She has worked with the Earthjustice team in Bozeman, Montana, to protect the majestic landscapes and critters of the Northern Rockies, first as a project attorney from 2012–2015, and also during 2017, as a staff scientist for the Public Lands, Wildlife, and Oceans program.

The Biodiversity Defense Program fights to reshape our relationship to lands, water, and wildlife everywhere by confronting the major drivers of the decline in nature, including habitat destruction and over-exploitation of wildlife.

Established in 1993, Earthjustice's Northern Rockies Office, located in Bozeman, Mont., protects the region's irreplaceable natural resources by safeguarding sensitive wildlife species and their habitats and challenging harmful coal and industrial gas developments.