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AES Puerto Rico: 20 Años de Contaminación por Cenizas de Carbón

Es hora de poner a las personas por encima de las utilidades

Como si Puerto Rico no estuviera abrumado y sin recursos suficientes para enfrentar una serie de injusticias ambientales, los desechos de cenizas de carbón están plagando la isla y algunas de sus comunidades más pobres. La ceniza de carbón, que son los desechos tóxicos que quedan después de que ese recurso se quema para producir electricidad, ha contaminado el aire, el suelo y el agua de Puerto Rico. Entre tanto la empresa contaminadora se niega a rendir cuentas.

Applied Energy Services (AES), una empresa multinacional con sede en Arlington, Virginia, con activos que superan los $33 mil millones, abrió su planta de carbón en Guayama, Puerto Rico, en 2002. Desde la apertura de la planta, AES-PR no ha logrado proteger a los puertorriqueños de sus desechos tóxicos. Un estudio realizado por la Universidad de Puerto Rico encontró que las tasas de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades respiratorias se habían duplicado entre los años 2016 y 2018.

AES-PR produce un promedio de 800 toneladas de ceniza de carbón por día y durante casi dos décadas sus cenizas fueron vertidas en una montaña de desechos tóxicos que alcanzaba más de 12 pisos de altura. AES-PR dejó las cenizas descubiertas, por lo que los residuos se desplazaron hacia los hogares y las escuelas cercanas, además de que las volviera vulnerables a los vientos huracanados y la lluvia. Para empeorar las cosas, AES-PR ubicó la pila de cenizas de carbón sobre el Acuífero de la Costa Sur, que sirve como fuente de agua potable para la mayor parte de la isla. Como se pueden imaginar, los contaminantes peligrosos como el arsénico, el radio y el sulfato se filtraron de las cenizas al agua subterránea.

Asimismo, AES-PR vendió ceniza de carbón como material de “relleno” barato en docenas de sitios de construcción en el sureste de Puerto Rico. En muchos de estos sitios, la ceniza tóxica aún permanece sin usar y descubierta en el suelo, representado un peligro en áreas residenciales, cerca de parques, escuelas e incluso hospitales. Durante años, AES ha rehusado limpiar sus pilas tóxicas y, como resultado, las comunidades de justicia ambiental se quedan con suelos contaminados y sin forma de mantener a sus familias fuera de peligro.

Aunque la regla de Residuos de Combustión de Carbón (CCR, por sus siglas en inglés) del gobierno federal regula la eliminación de cenizas de carbón, ni la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos ni las autoridades puertorriqueñas han implementado la medida adecuadamente, en tanto que la compañía se ha librado de rendir cuentas ante esta terrible gestión. Como suele ser el caso, quienes viven más cerca de la planta son de bajos ingresos y también son afropuertorriqueños.

Activistas locales y miembros de la comunidad han implorado que la EPA haga cumplir la regla CCR y exija la limpieza de las pilas de cenizas de carbón. Después de años de súplicas sin respuesta al gobierno federal, la legislatura de Puerto Rico aprobó una ley que exige que AES-PR retire sus cenizas de la pila de desechos de la planta en un espacio de seis meses y prohíbe el almacenamiento de cenizas de carbón después de 180 días.

AES-PR continúa evadiendo la ley al negarse a desechar y limpiar las cenizas de manera segura. La mega corporación se preocupa más por sus utilidades que por proteger a las personas. Después de casi 20 años de contaminación que enfermó a las personas y dañó el medio ambiente, AES-PR continúa desechando sus cenizas de la manera más barata y de menor cuidado para la salud. Su contrato de operación con la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE) no termina hasta el 2027, lo que significa que estas comunidades de justicia ambiental seguirán expuestas y perjudicadas por los desechos tóxicos de la planta por al menos otros cinco años. AES-PR planea seguir adelante con un proyecto de construcción irresponsable como “remedio” para atender las pilas de desechos, que es como poner una venda en una herida que brota, especialmente cuando el agua subterránea de la isla continúa contaminada. AES-PR tampoco tiene planes de limpiar el agua subterránea contaminada producto de décadas de operación de su pila de cenizas con fugas.

Earthjustice presentó una queja formal para revocar los permisos de AES-PR para el proyecto de construcción porque no protege ni el medio ambiente ni la salud, y no se ha establecido si la planta pararía la contaminación de las aguas subterráneas con cenizas de carbón. Además, el supuesto remedio no hará nada para contener el polvo que se desprende de las pilas de ceniza descubiertas, que luego se aloja en los pulmones de las personas.

Después de enviar cientos de documentos a la EPA, celebrar reuniones con las comunidades puertorriqueñas y no ver ninguna acción de la agencia, nos vimos obligados a acudir al Congreso en busca de ayuda. El Subcomité de Supervisión e Investigaciones de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos llevó a cabo una audiencia en junio de 2021 sobre los daños causados ​​por AES-PR y la necesidad de cerrar la planta antes de que expire su contrato en 2027. Tanto AES-PR como LUMA Energy, éste último el operador de la red eléctrica de Puerto Rico, se negaron a testificar. Varios miembros, incluidos los representantes Velázquez (NY), Ocasio-Cortez (NY), Johnson (GA), Soto (FL), Tlaib (MI) y Cohen (TN) asistieron a la audiencia y hablaron contundentemente sobre las acciones atroces tomadas por AES-PR, el racismo ambiental y la falta de atención a la salud de los puertorriqueños.

Sólo esta semana, la EPA finalmente abordó las preocupaciones sobre el “plan de remediación” de AES-PR para construir un revestimiento y utilizar la Atenuación Natural Monitoreada (MNA) para limpiar la contaminación del agua subterránea. MNA se basa en procesos que ocurren naturalmente en el suelo para reducir la cantidad de contaminantes en el agua subterránea, que, según la EPA, es altamente ineficaz para los contaminantes de ceniza de carbón que envenenan el agua en el lugar. Es ampliamente conocido entre la comunidad científica que el MNA es casi siempre un método inadecuado de limpieza de contaminantes de cenizas de carbón — y AES-PR lo debió saber. La EPA envió una carta de cumplimiento a AES-PR detallando la falta de datos de respaldo para mostrar cómo la limpieza propuesta realmente restaurará el agua subterránea y garantizará que los contaminantes como el litio y el selenio no continúen contaminando el agua subterránea. La carta de la EPA ilumina las diversas deficiencias en el plan y requiere que AES-PR proporcione respuestas inmediatas.

Estamos agradecidos de que la EPA dé a conocer públicamente el falso plan de limpieza de AES-PR y tome medidas para garantizar la rendición de cuentas de su mal manejo de tóxicos. La EPA expuso la peligrosa deshonestidad perpetuada por AES-PR al proponer un plan de limpieza simulado para ahorrar unos cuantos dólares a expensas de la salud y el medio ambiente de los residentes de Guayama. Si AES-PR se demora en responder a la carta de cumplimiento, esperamos que la EPA asuma medidas determinantes. Instamos a la agencia a responsabilizar a AES-PR por ejecutar de inmediato una limpieza que cumpla con los requisitos de la regla federal CCR, proteja la salud de los puertorriqueños en la isla, y limpie por completo y restaure las aguas subterráneas a su condición original.

Based in Washington, D.C., Christine is the legislative counsel for the Healthy Communities program.

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